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martes, 19 de noviembre de 2013

AMATE!


No sé realmente como se supone que esto debería comenzar, mucho menos si es la forma correcta en la que  voy a relatar esta historia o tan siquiera si es prudente hacerla de conocimiento, puesto que desde ahora voy a dar mi perspectiva de como se convierte “la fea” en “la bonita”.

No es un  relato que vaya a ayudarte a adelgazar, ni mucho menos a como seguir  los últimos parámetros de belleza a nivel mundial, porque no necesitas encontrarlos realmente, los tienes,  el punto es que no sabes dónde buscarlos y por eso últimamente estas enfocada en la talla de tu pantalón, de tu camisa, hasta en como se ve la ropa interior que traes puesta. 

Aunque nada de eso te vaya a llevar a la respuesta que necesitas, es en lo que tú te enfocas y no porque se te ocurriese de la nada, es porque a alguien, en un mundo  lleno de críticas, se le ocurrió dar marcha a la que atormentaría a TODAS las mujeres…”El peso”.

Por años lo único que muestran las campañas publicitarias es  a chicas que caen muchas veces en la desnutrición, pero es lo que se denomina y acepta como el concepto de “belleza”. Una belleza que no  representa ni a la mitad de las féminas a nivel mundial, pero cuál es el problema en esto, eso es lo que nadie entiende, el problema que realmente se esconde  tras de ese parámetro, es salir de tu casa en búsqueda de encontrar  la más linda blusa, el más lindo sweater o un  bello jeans y no encontrarlo por el simple hecho de que las tallas están basadas en chicas que se alimentan a lechuga y agua, mientras que la gente normal se alimenta con  algo más que eso, sin decir los descuidos que se adquieren en fiestas u otras situaciones de ese estilo.

Gracioso es que deben estar pensando “¿Con esto buscas fomentar la obesidad?”, la respuesta es fácil y es un “No”, porque bien es sabido que  lo más sano es  encontrarse en el peso ideal, pero que se hace con las personas que por diferentes motivos no se encuentran  entre los rangos de “normalidad”.

Yo he visto como muchas personas no  respetan a aquellos que están pasaditos de peso, a lo largo de mis despreciables 20 años, eso  sin descontar los primeros 7 de los que no me acuerdo mucho la verdad, he escuchado  ofensas como “Ocupas dos asientos, ¿También pagaste dos pasajes?”  Así como he presenciado a esas mismas personas que viajan en el transporte PÚBLICO solo bajar su cabeza en son de arrepentimiento, pero arrepentimiento de que, acaso es  un pecado del cual  se deba  pedir disculpas a todo el mundo  el estar con unos kilos de más – sin importar cuantos sean- nadie debería tener ese trato con otras personas. No porque  tú balanza marque el número adecuado tienes el derecho de  criticar de esa  forma a alguien que está a tu lado o cerca de ti. Otra de las amables frases que he escuchado es “Quítate gorda”, pero ese “gorda” lo modulan como nunca han movido sus labios antes, creo que sus vocabularios en la vida cotidiana deben ser bastante paupérrimo, pero cuando se trata de humillar a alguien  les sale lo docto del alma y cada letra tiene su espacio  totalmente respetado.

Lo impresionante de todo esto es que muchas veces no son hombres los que tienen este trato para con las mujeres, sino que son nuestras mismas compañeras de género las que  apocan a las más débiles, probablemente si estás leyendo esto me encontraras razón  o vas a comenzar a poner más cuidado en lo que te voy a decir ahora. No has visto en la micro, la calle, un hall de espera u otro lugar similar a una chica que no se haga destacar mucho, es la típica chica que tiene el pelo  hasta por los hombros o  por debajo de sus senos, que no tiene siquiera un poco de brillo en sus labios, no porque  a ella no le llamen la atención o no le gusten, es simplemente porque no se siente lo suficientemente femenina,  hasta puede que te estés sintiendo  tocada con estas  palabras, porque yo también lo hago a medida que lo escribo, hoy mismo 30 de agosto del 2013 vi a una chica así en la micro, tenía un hermoso cabello, era liso  con ondas al finalizar, le llegaba por debajo de sus senos, más no tenía ningún  peinado que lo hiciese lucir en todo su esplendor,  solo tenía una partidura en el centro y después de eso caía por sus hombros. Me dedique a mirarla por un buen rato durante mi viaje camino a casa, puede que hasta la hubiese intimidado, ya que no soy muy discreta que digamos, pero  al verla  detalladamente me di cuenta que tenía una nariz perfectamente respingada y así como su nariz, su rostro en general  tenía una perfecta armonía, pero cuál era el “problema”, ella tenía unos kilitos de más, eso la llevaba a usar ropa dos tallas más grande que la que probablemente es su número de ropa ideal.

 Esto  se debe a que las mujeres desde pequeñas tenemos un gran factor en contra que muchas veces los hombres no presentan sino hasta que son “mayores”, a eso le suelen llamar Él ser “pretenciosa”, esa simple palabra nos define a TODAS, porque la que diga que no  lo es  realmente no se conoce lo suficiente. Los estándares que fija el mundo para las mujeres son muy rigurosos, tu busto tiene que tener cierta medida, pero si lo sobrepasa también te encuentras dentro de lo admitido, ahora que hacemos las que  estamos por debajo de  esa medida tan peculiar, posiblemente esperar a que el destino sea bueno con nosotras y nos dé un trabajo con una buena remuneración para adquirir esa medida  con la “opción B”.  Así como tu delantera fue sometida a un número pasa lo mismo  con cintura, glúteos, piernas, brazos y como dejar fuera la carta de presentación más importante… Tu rostro, el mismo al cual  si le haces una rinoplastia  para perfeccionar los pequeños detalles que tiene tu nariz queda con moretones por el contorno de los ojos y  FELICITACIONES ya sirves para ser el doble el mapache de Pocahontas, pero qué más da en un par de semanas te alabaran por la nueva nariz que tienes, tanto así que hasta te pedirán el numero de tu  especialista  para  poder quedar “bien”, eso sin pensar que pueden no quedar como lo esperan, pero en fin, ese tipo de cosas es a lo que te  arrastra el parámetro impuesto por la sociedad.

Tampoco es algo desconocido el que todas miren en la chica de al lado  un prototipo más aceptado  que el que una  proyecta, cuando  hoy me dirigía a la universidad  me di cuenta como dos chicas muy bien parecidas, que a mi  parecer no deben, ni deberían envidiarle nada a nadie, si porque esa es la palabra clave en todo esto ENVIDIA. Las dos eran  de una piel muy linda, delgadas, pero no raquíticas, altas, pero no  en extremo, quizá hasta hermanas eran. Así y todo  miraban de pies a cabeza  a cada una de las niñas que subieron a la micro, no dejaron de hacer esto desde que ellas subieron hasta que llegaron a su destino, a algunas les hacían entre ambas cara de asco, como queriendo decir “Jamás me parecería a ti”, mientras que a otras  las quedaban mirando como  queriendo saber que elegirían tener como ella, cayendo es ese horrible y deplorable error de ver en otras chicas lo que tú quieres. La verdad de esto es que no necesitas nada de eso, lo que necesitas es darte tu lugar en tu vida, si vamos por ahí creyendo que otros tienen  cosas que nosotros necesitamos jamás podremos tener plenitud y creo que ello es exactamente lo que todas necesitamos, no es cosa de  tener el cuerpo perfecto, es cosa de saber que vales la pena, que no eres como todas, que tienes ese algo que te hace diferente. Muchas  veces la más “linda”  resulta  ser la chica que  más problemas trae tras de sí, porque aunque no lo creas ella también busca en otras  cosas que no tiene  y puede que una de esas cosas que ella no tenga, sea justamente lo que tú tienes, pero es lo que tú no  vez como una cualidad.

Puede que piensen “ella  habla sin fundamentos”,  pues aquí va mi historia de cómo he visto la vida y como me han tratado esas mismas personas “perfectas”.

Desde pequeña mi mamá quiso lo mejor para mi, siempre ha tenido claro que la educación en mi país, Chile, no es igual para todos, así que ella opto por  buscar una de las comunas que tiene mejor educación dentro de Santiago, fue por ello que  comencé a estudiar en Providencia en un colegio municipal. Desde kínder no me destaque por ser una de las niñas más sobresalientes en cuanto a personalidad, soy más bien retraía, tímida y hasta vergonzosa, yo diría que hasta  en extremo padezco de esto último, tanto así que mis mejillas parecen un tomate la mayor parte del tiempo. Mi contextura corporal no salía de lo normal, pesaba y media lo necesario para mi edad, pero  las burlas en ese entonces no se enfocaban en ello, si no que  en un  simple lunar que tenía en una de mis mejillas, mis compañeras me insultaban diciéndome que tenía una mosca en  la cara, muchas veces también dijeron que era una garrapata lo que tenía en el rostro, lo que distaba de la realidad de las cosas, todo se resumía a  un simple y pequeñito  lunar en el rostro, con el paso de los años llegue a operarme aquel lunar solo para que dejaran de lado ese tema y  así no fuese lo primero que me dijeran, mi familia me decía “no lo hagas”, “ no te operes”, pero así y todo  no hice caso. Que más se iba a esperar de una niña de doce años, mi mamá a pesar de que se oponía me apoyo de todas formas, porque sabía lo mal que lo había pasado y lo  pasaba a raíz de ello, sorpresa fue que  cuando comenzaron las clases, casi nadie reparo en que yo ya no tenía ese lunar, fue solo una amiga, que por lo demás es una de las únicas que tenía, la que se dio cuenta que me faltaba algo, pero de aquellas chicas que comenzaron esas burlas  ni pronunciación. Eso quiere decir que me expuse a una de mis mayores fobias, las jeringas,  que además me perdí de jugar normalmente con mis amigos  casi por un mes y medio, ya que no me podía exponer al sol, me tuve que aplicar cremas para que no quedara cicatriz, la cual de todas formas quedo, aunque no es notoria del todo, pero es algo que antes no tenía y todo eso por nada.  Llore, llore muchísimo dándome cuenta de que a pesar de todo ellas seguían enfocando sus burlas en mí, a pesar que sacrifique cosas de las que ahora me arrepiento, ellas no pararon, mientras que yo creaba la herida  más grande que me costaría cerrar en mi vida. Años antes de eso  gane unos kilos, mientras que mis compañeras desde ya con tan solo siete u ocho años comenzaban a formar los grupos de “populares”   y obviamente estábamos también los que no teníamos una clasificación dentro del curso, por ese entonces todos querían entrar en el selecto grupo de amigos que se había formado, después de todo me incluyo en eso, era una más de las que quería tener amigos. A pesar de que mi vida era así en la escuela, no era para nada parecida en donde vivía, ahí si tenía muchos amigos, salía a jugar cada tarde y era como decirlo… “popular”,  con la diferencia que al yo vivir una realidad diferente en la escuela  jamás discrimine a nadie, es más los integraba tan rápido podía, por lo que recuerdo  haber llegado a formar un grupo de más de veinte niños y niñas que jugábamos como similares, pero como no todo es perfecto después de horas de felicidad  cerca de mi hogar, también llegaban las seis u ocho horas diarias que pasaba en el colegio, horas en las que algunos me humillaban y otros me trataban como su amiga,  como ya les conté gane unos kilitos más por aquel entonces y  ese fue el nuevo foco de las burlas, no es que  hubiese sido mucho el peso que gane, simplemente tenía seis kilos demás, seis kilos que se notaban cuando me sentaba, ya que hacía su aparición aquel rollito, más no  era aceptable para estar en un grupo de amigos que son tan cool, mis compañeras pesaban  lo justo, aunque algunas también pesaban menos, porque recuerdo como mi profesora citaba a sus padres para comunicarles que estaban desnutridas, como ya se imaginaran  mentes tan  vagas como las de aquellas pequeñas niñas tenía una gran formación en sus casas, aún recuerdo cuando mi profesora llamo a la mamá de una de mis compañeras en particular, ella pesaba ocho kilos menos de lo que debería, pero  la respuesta de su madre fue categórica “No estoy criando a mi hija para que sea una obesa, ella es muy linda para  engordar”,  todo eso dicho frente a niños pequeños sin un criterio formado,  ahora eso me causa gracia, no por el daño mental que le hacía a su propia hija, sino, porque en ese entonces me cuestionaba el por qué mi mamá no pensaba así haciéndome adelgazar. Ahora comprendo que mi mamá no me quería presionar, ella quería que creciera disfrutando de todo a concho, cosa que agradezco, porque sé que esas niñas que en un momento me molestaban no tienen ni la mitad de lo que yo tengo ahora, con esto no me refiero a algo económico, sino que algo mental, a amor propio. Luego de que supere todas las burlas, me toco lo más difícil de todo, pelee con una de las chicas que si bien no era popular, era algo así como una protegida de ellas, ello me arrastro a  no hablar con muchas personas, es más, solo hablaba con cuatro personas, sin que hubiese un trabajo de por medio. Y esa amiga que antes se dio cuenta de la falta de mi lunar, específicamente no estaba entre aquellas cuatro nuevas niñas que aparecieron en mi vida, pero no la culpo y nunca lo hice, es fuerte que nadie te hable o que te ignoren, siendo tan pequeña, más tampoco quería arrastrarla a ello. Mi último año de escuela básica fue horrible, pero  ya lo viví, nada de eso va a cambiar, además de que es lo que me llevo a ser lo que soy ahora, ese año tenía que cambiarme de colegio, pasaba a la escuela media, pero una vez más aumentaron su rencor contra mí, la razón, le quite el puesto de entrada a una de las chicas populares, rendí mejores exámenes que ella y no quedo en el mismo liceo que el resto de sus  amigas, como no me prestaban mucha atención  jamás se dieron cuenta que mis calificaciones no eran malas, hasta que un día la profesora me felicito frente a todos por tener la mejor calificación  del curso en aquella ocasión particular, creo que en ese entonces me vieron como algo parecido a un peligro. Definitivamente el día en que salí  de esa escuela fue uno de los mejores días de vida,  por fin dejaba de lado todas las burlas,   los golpes, sí, porque también recibí golpes, es a lo que ahora  llaman bullying, suerte fue la mía de tener una familia que me cuidaba como a un pollito, que con cada caída, tenía exactamente a ocho personas levantándome, mis tres tías, mi tío, mi abuelo, mis padres, pero por sobre todo mi abuela. Ella siempre fue y será mi pilar fundamental, una persona que a pesar de ya no estar a mi lado de forma física puedo sentirla dándome la fuerza que requiero día a día. Así que  deje esa etapa atrás y comencé una nueva, la que fue maravillosa, que me cambio, abrió mi mente, dirigió los que son ahora mis creencias, no religiosas, porque no pertenezco a una religión por opción propia, pero si las que son extremadamente importantes, son las que me llevan a ayudar a las personas y también a compartir esto con otras chicas que se pueden ver reflejadas.

Mi enseñanza media la viví en el “Liceo n° 7 de Providencia”, pero  a pesar de que fue una etapa muy maravillosa mi autoestima no cambiaba, pues  nueve años de humillación no se superan de la noche a la mañana. Así y todo comencé a vivir una etapa muy divertida, a propósito adelgace ese verano antes de entrar a clases, por lo que estaba  a dos kilos de mi peso normal  y me sentía muy bien  CONMIGO MISMA. El primer año fue algo extraño, no en sentido de burlas o algo, porque eso no lo viví dentro del liceo, más bien fue de adaptación. Yo de pequeña vivía con toda mi familia, los ocho que ya les nombre, pero a los siete años mi abuela se fue de la casa con mis tíos y mi abuelo, por lo que quedamos mis papás  y yo, a pesar de eso seguí viviendo con mi abuela, porque mi mamá trabajaba y fue justo en ese año, el primer año de liceo en que se dio la separación total, volviendo   a vivir solo con mis padres y él en ese entonces  hace algún tiempo nuevo integrante de la familia… Mi pequeño hermano. El resultado fue nefasto, la separación del lado de mi abuela sumado a que me cambie de casa, por lo que perdí  a mis amigos con los que me sentí segura  por catorce años de mi vida, dio como efecto  que  repetí el primer año, pero   el que venía  lo tome  desde el principio  con una responsabilidad que no  sabía que tenía. Es ahí donde comienza la verdadera travesía, conseguí estar becada por  toda la enseñanza media, a base de esfuerzo y dedicación, me volví parte de la directiva del curso  en los cuatro años  efectivos de enseñanza media, hice amigas maravillosas que aún conservo, con las que he vivido, aprendido y arrancado de muchas cosas. Forje un carácter único, raro, pero a la vez especial, siendo más extrovertida. Con todas esas cosas buenas que pase, también  hubo su resto de malas, pero las menos, creo que la que más me marco fue una de la que no iba a poder escapar nunca, eso fue la muerte de mi abuela, con ello se fue mucho de mí, pero poco a poco sé que lo voy a recuperar, si bien puede que no sea lo mismo de antes, va a ser sensacional de todas formas, porque yo quiero que sea así.

Con todo lo que viví desde pequeña me enfoque en buscar en otras personas lo que yo quería tener o ser, ya fuese   en el físico  o en lo emocional. Después de la muerte de mi abuela subí hasta aproximadamente los 100 kilos, pero como soy alta, ya que en la enseñanza media crecí, llegando a estar entre las más altas, no se me notaban demasiado los kilos, aún así  el negro era recurrente en mi vestimenta, llegando a literalmente asarme  del  calor que hacía, pero no cambiaba en nada, ya que era yo misma la que se ponía barreras, ahora no eran mis compañeras, ellas jamás me criticaron por el peso o por alguna otra cosa que tuviese. Esta vez era únicamente yo la que no se daba cuenta que no era algo así como un monstruo, era yo la que se fijaba en que tenía kilos demás, la que se sentía observada por el resto, probablemente  eso fuese una secuela del maltrato que recibí de pequeña, pero eso ya no importa, porque  fue cuando me di cuenta que  soy perfecta tal cual soy, tímida, vergonzosa, inmadura a veces, muy madura en otros cuantos momentos, pero es lo que soy, si bien no tengo ojos  de color, me encanta el color café claro de mis ojos, puede que no sea ni rubia, ni pelirroja, pero amo mi pelo negro, no es liso, puede que parezca león algunas mañana, pero así y todo me fascina el tener que ingeniármelas para acomodarlo o ponerme un gorro que lo disimule, pero a la vez que combine con mi ropa, porque lo pretenciosa en las mujeres NUNCA se quita, de la misma forma amo usar camisetas de diferentes colores. Aunque si hay algo que lamento y eso es que no me di cuenta de lo fabulosa que puedo ser hasta hace muy poco, porque   para el año pasado aún estaba cerca de los 100 kilos y comencé a bajar de peso esforzándome de sobremanera, tanto así que llegue a perder mucho pelo, ese mismo pelo que siempre he amado, pero que ahora arreglo divertida y cómodamente, baje 20 kilos en solo dos meses, pero al costo de poner al filo mi salud, no voy a decirles que  ahora no sigo bajando de peso porque mentiría, pero si lo hago de forma RESPONSABLE y no porque un anuncio de  moda me lo imponga, me siento feliz de como estoy, de cómo soy, de cómo pude cambiar la forma de verme. Unos kilos demás no son un impedimento para ser y sentirte BELLA, cada vez que alguien trate de demostrarte lo contrario tienes que repetirte hasta el cansancio lo hermosa que  eres, dentro de ti hay alguien que quiere salir, un “verdadero yo” que solo quiere ser feliz, que solo quiere sonreír y no estar llorando o refugiarse en ropa de un color especifico que  te de la ilusión de estar más delgada.

Para  cumplir con los estándares de belleza no hace falta únicamente  estar en  un peso adecuado, eso es solo una imagen, eso no revela quien eres, porque  si no te amas primero NUNCA vas a llegar a sentirte bella realmente y seguirás buscando  en otras  lo que tú crees que no tienes y te falta. Deja de ver a las mujeres que van cerca de ti en la micro, el metro, la calle o las que están en el hall de entrada, céntrate en ti, vive por ti, por lo que tú quieres, no por lo que te imponga una sociedad que tiene a más mujeres  amargadas y retraídas, que a mujeres felices y espontaneas. No pretendas ser una super modelo, eso no te sirve de nada, no creo que quieras tener una vida limitada en muchos ámbitos, mucho menos creo que quieras cuidar una imagen falsa. Ríe, vive, juega y crece, esas palabras son esenciales en este camino.

Ríe y sonríe siempre aunque la gente piense que estés loca, puede que tu sonrisa contagie a alguien  que lo necesite muchísimo.

Vive, no te limites, tu vida es perfecta tal cual es, inclusive cuando veas que tienes un problema, la realidad por duro que suene  es que en el mundo hay más de un millón de personas con problemas mucho más grandes que el que tú tienes, pero  se dan ánimos para salir adelante, por qué tu no podrías hacerlo.

Juega, si no juegas en la vida  todo se vuelve aburrido, no tendrías errores, ni caídas, ni cicatrices de las cuales reír con el tiempo, yo amo cada una de las cicatrices que están  en mis rodillas, porque puede que no se vean estéticamente lindas, pero guardan  recuerdos de cada caída  que tuve jugando con mis amigos, esos de los que pueda que no sepa mucho, ni muy seguido por nuestras ocupaciones de ahora, pero que contribuyeron a que a pesar de todo haya tenido la que considero  la mejor infancia  de la historia.

Crece, pero no madures, si maduras le quitas lo divertido a la vida, solo aprende a cómo actuar frente a ciertas situaciones o me vas a decir que no es extraño ver a los “adultos”  sin sonreír  en todos lados. Como por ahí leí “madurar es para frutas”, razón tiene, pero es porque las frutas maduras se pudren más rápido, yo no quiero vivir mi vida podrida en la amargura, quiero vivirla siendo una buena persona, ayudando a los demás, sin discriminar, integrando a quien quiera ser integrado, ofreciendo mi amistad aunque me traicionen, porque si dejo de confiar en las personas, va a llegar un momento  en el que todos vas a desconfiar de todos y necesito hacer que en mi vida exista la confianza, porque sin ella nada tiene una base firme.

No sé como  empecé esto, ni  si está bien, ni siquiera sé si la idea todos la comprenden, pero creo que lo que más claro esta es que hay que aprender a vivir amándose uno mismo primero, porque si no nos amamos no proyectamos ese amor, para que el resto nos ame y con esto no me refiero al ámbito de pareja, porque ninguna mujer necesita  de un HOMBRE o de una MUJER, dependiendo  de tu orientación sexual claro está, para poder ser feliz, porque si se ama a si misma  va a tener lo que necesita, porque para pasar de ser “la fea” a ser “la bonita”,  hace falta una cosa muy pequeña, pero extremadamente necesaria, amor propio, repítete que eres perfecta tal cual eres, no debes, ni tienes que cambiar por nadie que no seas tú misma, no dejes que el mundo te domine, tu domina al mundo, eso es lo que se necesita. Si tienes la confianza lo vas a lograr todo y LUCHA, lucha mucho, porque  siempre van a existir esas personas que no tienen el respeto inculcado y va a tratar de destrozarte, no porque  crean que eres inferior, sino, porque te ven como un potencial  peligro para ellas mismas, ya que tienes que tener claro que si se sienten  bien humillando al resto, es porque ellas amor propio no tienen y tu les estas dando el tuyo en bandeja de oro. No te empeñes en seguir prototipos de belleza, que realmente de belleza y vida no tienen nada, dedícate a crear tu historia e imponer tu estilo, porque exactamente ese es el prototipo más perfecto que puede existir.




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Chicas si alguna lo leyó y se sintió identificada de corazón espero les ayudase a ver quienes son realmente, no hay nada mejor que ser feliz  y la verdad es que no hay razón alguna para no serlo, todo es superable junto a las personas que te quieren, porque siempre tenemos a alguien.

Si creen que puede ayudar a alguien y quieren  publicarlo ya sea en sus blog o alguna página solo les pido que aclaren que es de mi propiedad, pues es mi historia de vida y junto con ello les pido también me comenten que lo van a utilizar, ya que espero que muchas mujeres entiendan lo maravillosas que son.

Besos.  cKer ;)

1 comentario:

  1. Cker te extrañé muchisisisissisisisisissisimo! me alegra saber que ahora estás bien :) la verdad tu historia me marco mucho, creo que cualquier chica que la lea sentirá una especie de gusanillo por dentro. ¡Y cuánta razón tienes! espero que pronto vuelvas a publicar tus fantásticas historias y por supuesto que pronto podamos volver a hablar ^^ besos enormes y abrazos! cuidate muchisimo

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