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lunes, 27 de enero de 2014

Sentimientos.



En cosa de veinte minutos ya estábamos frente al mar, me descoloco el que Jacob me diese unas hojas, dijo que eran las pistas necesarias  para llegar al fondo del misterio, luego de eso se fue dejándome sola, las leí una por una detenidamente, divirtiéndome con lo que encontraba en mi camino, dulces, flores, dibujos, todo era completamente divertido, tanto que sin darme cuenta ya tenía la última de las notas en mis manos 
Querida Ness dirígete  al claro que esta a treinta pasos de donde te encuentras, sigue derecho, no es complicado llegar”. Seguí las ordenes del papel,  ya que era uno de  mis únicos compañeros de viaje, desde hace un buen rato, tal como decía  no me fue  nada difícil llegar, ya que  me di cuenta que al claro que me dirigía era el mismo en el que Jake jugaba conmigo de pequeña. Fue tan inesperado lo que vi  entre tanto verde que  no sé en qué momento las lágrimas ya estaban rodando por mis mejillas, era todo tan hermoso, jamás abría esperado esto, en medio de toda  estaba Jacob, sonreí como tonta  al salir del error de pensar que lo mío era un amor unilateral.

En medio del prado había un corazón  hecho de velas blancas, unas cuantas prendidas, mientras que las otras por el viendo yacían apagadas,  su relleno era de  pétalos de rosa rojos, pero en medio de todo estaba lo más importante para mí, Jacob se había cambiado de ropa, sus desgastados jeans  habían sido cambiados  por unos  negros que no tenía corte alguno, mientras que una camisa blanca  desabotonada del cuello hacía resaltar su hermosa y bronceada piel, jamás había experimentado el deseo hasta ese momento, esa camisa dejaba muy poco a la imaginación, ya que estaba perfectamente amoldada a su cuerpo. Mis mejillas aún estaban húmedas, pero unas cuantas lágrimas más se deslizaron al ver un hermoso ramo de rosas blancas que escondía tras su espalda, las tiro en el suelo y camino hacia mí, note que  la angustia predominaba en su mirada sintiéndome un poco culpable.

-Ness, yo lo lamento, no quería presionarte, pero…- No entendía nada de lo que me decía, pero él seguía 
tratando de explicarse.- Yo creí que…- Mis labios se posaron sobre los suyos disminuyendo toda distancia y di mi primer beso como si fuera el último que daría en mi vida.

-Creí que no te había gustado.- Susurro cerca de mis labios cuando nos separamos un poco. Cómo no se había dado cuenta que moriría por él.
Negué fuertemente con mi cabeza haciéndolo reír.- Al contrario no sabes hace cuanto espero este momento, pero solo se daba en mis sueños, eso sin contar en como duele el que te miren otras chicas sin que yo  pueda decir algo o el que me dijeras “soy tu mejor amigo”, como odio esa maldita frase Jacob Black, eso realmente dolía  y por lo demás hoy yo te lo diría.- Reconocí avergonzada.

-Enserio.- Pregunto sonriendo, mientras tomaba mi barbilla y levantaba mi rostro para que pudiese mirarlo.
Asentí con lentitud hipnotizada por sus ojos.- Hace un tiempo me di cuenta de mis sentimientos por ti, note que habían cambiado a ser un tantito más posesivos, me di cuenta que cuando se te acercaba una chica ya no deseaba que encontraras  a la mujer perfecta para ti, sino que encontrarás en mi a la mujer perfecta para ti, eso sumado a que cuando te miraban solo quería matarlas.

- Oh dios me enamore de una chica celosa.- Susurro quedadamente sin separar nuestras frente y atrayendo mi cuerpo más hacia el suyo. “Te amo”, susurro cerca de mi oído mientras me levantaba entre sus brazos.

Cuando me deposito delicadamente en el suelo nuevamente me volvió a besar, un beso lento, dulce, que transmitía una serie de impulsos por mi cuerpo, sus labios no se separaron de los míos lo que para mí fue un largo rato, nos quedamos así sin movernos pues un buen rato, solo teniéndonos el uno al otro, sin  necesitar de nada más.

Se separó de mi lentamente  mirando mi rostro.- Aún quieres nadar.- La pregunta era simple, pero lo complicado era poder reaccionar después de semejante sonrisa.

-Claro, el que  llega último hace lo que el otro le pida.- Dije sonriendo.

- Voy a pensar que es lo que pediré entonces.- Respondió echándose a correr.

-Jacob Black eso es trampa.- A pesar de  que sabía que le ganaría, tenía ese instinto de hacerle saber que era un tramposo en las carreras.

Cuando llegue a la orilla me senté teatralmente como  si estuviese esperándole desde hace horas y el aburrimiento me consumiera, aunque eso realmente fuese imposible, sin embargo cuando escuche sus pasos acercarse no se desaceleraron y él en vez de parar para admitir su derrota, paró en seco pero  para quedar situado sobre mi atrapándome contra la arena con su cuerpo, nuestros labios quedaron muy cerca, poco a poco  fuimos  acercándonos hasta juntar nuestros labios una vez más, la necesidad fue en aumento junto con el beso, sus manos vagaban por mi cintura, mientras que las mías lo hacían por su espalda, un calor que nunca antes había sentido se apodero de mi abdomen, nos separamos por la falta de aire. Trato de pararse, pero cuando lo iba a hacer  lo tome por el cuello de la camisa dejándolo aún sobre mí, pero no fue  suficiente, ya que me cargo por la cintura y se paro conmigo y todo. Me señalo unos vestidores para que  me cambiara  el vestido por un bañador, así como el también hizo lo mismo.

Al salir el estaba fuera justo a Jared, Embry, Sam, Quil y Paul, que  se quedaron mirándome tan fijamente que me hubiese vuelto a meter a los vestidores si no es porque Jake los hizo reaccionar a base de un golpe en la cabeza,  se acerco a mi cubriéndome con su cuerpo mientras me abrazaba, luego se giro y dijo un simple “No vuelvan a mirar de esa forma a mi novia quedo claro”. Muy al estilo licántropo comenzó una serie de abrazos y felicitaciones que no cesaros hasta que  Embry  encaro a Jake diciéndole que se robaba a su pequeña hermana adoptiva.

Luego de un rato caminando llegamos a  un picnic que había sido preparado por  los chicos, me di cuenta que estaban todas las improntas ahí, hasta Seth estaba con una chica a su lado, como una reacción propia y natural salté sobre Claire, mientras que Seth nos tomo a ambas en un abrazo, ya que los tres junto a Embry  habíamos formado una relación de hermandad.

Kim  y la chica que acompañaba a Seth no nos miraban nada bien, pero eso ya era común para nosotras. En cambio Emily me abrazo con una  fuerza descomunal, diciéndome que me había extrañado muchísimo el tiempo en que no había venido de visita, por haber ido  a Brasil a ver a mis tías del Amazonas. Cuando todo volvió a la normalidad y cesaron los saludos y abrazos, nos fuimos a bañar y desfrutar de las olas.

-Te amo como no lo imaginas Reneesme , tenía tanto miedo de que me dijeras que solo me podías ver como un mejor amigo o que no me aceptaras y amarás a otra persona, sus ojos brillaban, pero a la vez transmitían dolor, dolor que me llegaba directo al corazón, cada una de sus palabras reflejaba lo que yo también sentía, no pude contener una lágrima traicionera que emprendió recorrido por mi mejilla, pero fue peor, pues se preocupo.-Qué te sucede.-Susurro  dulcemente  mientras con su pulgar borraba la estela que había dejado aquella salina gota.

-Nada, estoy bien.- Pero sus  ojos no reflejaban otra expresión, así que no encontré las palabras necesarias para explicar lo que sentía, así que opte por mi mejor opción, puse mi mano delicadamente sobre su mejilla para que pudiese entender lo que pasaba por mi cabeza, su cara fue de asombro y por fin sus ojos cambiaron su expresión, esta vez fue amor lo que vi en ellos, lo supe porque   podía sentir como expresaba todo su cuerpo esa sensación tan hermosa, me beso  dulcemente, como cuando estábamos en la playa tirados, no podía ser más perfecto.

-Hey tortolos, tenemos que irnos.- Seth estaba gritándonos desde la orilla.- Apúrense ya o Edward.- Por arte de magia  Jacob ya no sostenía mis caderas y mis piernas no abrazaban su cintura, salimos de la playa, mientras Seth reía a más no poder.

-Ya verás.- Me lance sobre él y Claire, junto a Embry se nos unieron automáticamente ayudándome a ganar, pero se transformo en un juego donde  se involucro la manada al completo  junto a las improntas.
Al rato cuando estaba oscureciendo  nos montamos en su auto con dirección hacia mi casa, entramos al garaje, fue en  ese entonces  cuando me di cuenta de que  habían más autos  en ese lugar y precisamente no eran de mi familia, sabía que uno correspondía a Carmen y el otro a Jane, la pequeña y molestosa princesa Volturi que se nos había unido al ser desterrada por ayudar a mi tío Eleazar.


Primer día



Llegue a la sala donde tenía mi primera clase, castellano, para esa clase tenía una gran habilidad adquirida gracias a mi padre, ya que desde pequeña me hacía leer diferentes libros y me enseñaba en la casa, ya que no podía asistir al colegio como cualquier otro niño normal debido a mi rápido crecimiento.

En cosa de minutos el salón estaba repleto de todos los que serían mis compañeros en esta clase, algunas de las chicas parecían verdaderas modelos sacadas de revista, mientras que otras eran más tímidas y por lo tanto simpáticas, pero no por ello menos bellas, entre todos mis compañeros había un grupo que resaltaba y entre ese grupo se encontraban dos de las tres chicas que miraban a Jacob en el aparcamiento, en mi concentración al escanearlas totalmente no m di cuenta de que el profesor me estaba pidiendo que me presentara a la clase, me levanté de mi asiento y me pare a uno de sus costados como me lo pidió para  que todos pudiesen verme.

- Ahora si señorita nos podría hacer el honor de presentarse.- El profesor tenía cara de pocos amigos y no esperaba otra cosas, ser ignorado el primer día debe astear.

-Sí, por su puesto. Yo soy Reneesme Carlie Cullen, vengo de una escuela en Seattle.-Claro está el que todos mis papeles eran más que falsos, pero a esta altura no queda más que hacer.- Me gusta la literatura, la música y los deportes, tengo 18  años.- Todos me miraban fijamente y cuchicheaban cosas sobre mí, pero no les di importancia alguna, ya  en diez años muchas cosas había pasado y también  gente, amigos cercanos de mis padres sabían de  nuestro secreto.

-Comencemos entonces, ya que su nueva compañera se presento, abran su libro en la página 45, desarrollen las preguntas que  se desprenden del texto y luego comentamos como les fue, por cierto  tienen que desarrollar su tarea en parejas.- Suerte la mía la  única banca vacía estaba como mi compañera de puesto.- Cullen trabaje con Carter.- Sentenció el profesor, perfecto ya tenía un compañero, pero quién demonios es Carter, el puesto vacío esta a mí lado, levante mi  vista para  ver como al mismo tiempo entraba un hermosísimo chico  de ojos azules, se dio cuenta de mi insistente mirada, así que me mantuvo fija la vista por unos segundo, ninguno de los dos titubeaba, se acerco al banco y se sentó con una gran sonrisa, que por lo demás era muy atractiva.

-Hola, soy Nessie.- Dije con la mejor sonrisa que tenía en ese momento.

-Yo soy David, David Carter.- Se presento sin dejar de lado esa sonrisa.

-Por casualidad tienes el libro de literatura, a mi aún no m entregan los míos.- Pregunte apenada por ni conocerlo y ya estar pidiéndole favores.

-Por supuesto, señorita Cullen.- Respondió  riendo, mientras me mostraba el libro que en su mano agitaba, hasta que se le cayó, reí quedadamente mientras él se tocaba la nuca con una de sus manos.

Nos agachamos al mismo tiempo a recoger el dichoso libro, pero al levantar la mirada me encontré con su rostro frente al mío perdiéndome en sus ojos. Qué me estaba pasando, era un simple humano, muy atractivo, pero así y todo no podría superar a Jacob, al recordarlo sentí una emoción inexplicable, pero  junto con ello  nervios al pensar que hoy iría a la Push con él, solos como antes. Mi día transcurrió entre presentaciones en las diferentes clases, cambios de sala en los que más de uno de los integrantes de mi particular familia se me acercaba para saber cómo llevaba el estar  entre tanta sangre. Para el almuerzo ya me había hecho de dos amigas nuevas, porque Claire, que era mi tercera amiga, ya era prácticamente parte de mi familia, desde pequeñas siempre hemos estado en contacto, además de que es la imprimación de Quil y este es uno de los mejores amigos de Jacob.  Aunque para el almuerzo estuviese con amigas, las reglas no cambiaron, así que tuve que ir a la mesa donde estaba mi familia y tomar lugar a un lado de Alice para comer,  de forma increíble, tonto para mí como mi familia, comí todo lo que estaba en mi plato, pero esto de estar estudiando todo el día daba hambre.

El horario de salida no se hizo esperar por mucho más tiempo después de la hora de almuerzo, ahí en el aparcamiento  estaba Jacob esperándome, pero jamás imagine que tanta perfección podía aún ser más perfecta, lucia hermoso, estaba a punto de correr a velocidad vampírica hasta su lado, pero ya me tenía bien sujeta entre Emmet y mi papá, en tanto me sujetaban  yo no dejaba de ver a Jacob, mientras que tras de él peligrosamente se acercaban esas tres tipas que en la mañana lo desvestían con la mirada, cosa que solo podía hacer yo, quería agarrarlas para destrozar sus caras de fáciles sin remordimiento, el coraje era tan grande que  sentí doler mis ojos anunciando que se avecinaban las lágrimas que los nublarían, pero me bajaron desde el cometa en el que estaba viajando.

-Si no te comportas te olvidas de  ir con Jacob a donde quiera que sea por el siguiente milenio, te quedo claro.- La voz de mi padre resonaba en mi cabeza con un estricto tono, pero  estaban usurpando lo mío  frente a mis ojos que quería que hiciera.- Qué te dije Reneesme.- Su voz ya no era tan dura, pero él no comprendía mi dolor.

-Está bien Edward.- Dije tratando de calmar mi estado de ánimo, pues Jasper estaba algo colapsado.- Me comportare, pero en cuanto se le vuelvan a acercar no respondo.

- Dios, la hermosa “mejor amiga” esta celosa.- Lo mire totalmente enojada.- Está bien, me voy o mejor  dicho que se cuide Jacob, que de seguro mira a su hermana  y contigo a su lado podría morir.-Se alejo rápidamente a velocidad humana.

-Eso, corre, escóndete Emmet, igual me las pagaras.- Más que enojada por lo de mi tío, me reí, realmente parecía una psicópata del amor?

-Me voy.- Le dije a mi padre que seguía a mi lado, pero ahora reprimiendo una sonrisa.

-Está bien, pero si le quieres tanto asegúrate de no espantarle.- Dijo riéndose, no podía creerlo hasta mi padre entraba en el juego.
Camine a paso decidido hasta donde estaba Jacob, mientras controlaba mis emociones  a velocidades estratosféricas, ya que mi papá aún seguía en el estacionamiento por si mis planes cambiaban y pasaban a ser “destrozar a esas arpías”. Estando a su lado ellas solo me miraron de forma despectiva, mientras que yo me ocupaba de mirar únicamente a Jacob.

- Jake.- Dije  suavemente sonriendo naturalmente.

- Ness.-Respondió cariñosamente, pero no sabía  si había sido buena idea que Alice haya decidido que cambiara mi ropa  después del almuerzo, ya que Jacob no dejaba de mirarme fijamente, el vestido poco a poco me comenzaba a incomodar, pues note el momento en que mi adorado licántropo  se dio cuenta que el famoso vestidito llegaba a mitad de muslo.

-Te vez muy linda.- Guiño su ojo derecho, después de mirarme  de pies a cabeza,    a pesar de que me sentía algo incomoda, tenía una sensación de agrado, era la primera vez que Jacob me miraba de esa forma, así que me sentía a gusto conmigo misma.

- Nos vamos.- Pregunte mirando a las tres chicas que específicamente con agrado no me miraban. Asintió en respuesta  y se despidió de ella con un simple, seco y cortante “Adiós”.
Por mi parte estaba experimentando una  extraña sensación que variaba desde las ansias y preocupación  por  lo que me esperaba, de que quería hablar específicamente Jacob conmigo, jamás estaba tan serio. El sol es tapado por unas cuantas nubes, mientras que mi mente esta de igual forma pensando en que puede ser, la temperatura es agradable y poco a poco me voy preparando para todo lo que se me vendría encima, como dijo mi papá debo comportarme, si quiero que Jacob se fije en mi debo dejar de actuar como alguien caprichoso. Las olas cocaban con fuerza, sonreí de forma instantánea,  hace mucho que no venía a la Push, pero hoy sería un día diferente, eso lo tenía claro.


miércoles, 1 de enero de 2014

MI Jacob



Bien, siendo sincera  no soy de esas  personas que  piensan mucho en su vida, ya que siempre en todo momento he  recibido mucho amor de  las personas que me han visto crecer, familia, Jacob, la manada, así como también de sus respectivas improntas, pero como bien mi papá dice “Para todo hay una primera vez”.

Desde mi nacimiento ya han pasado diez años, pero no es hasta ahora que me he preguntado cosas como ¿Por qué mi papá dejo sola a mi madre pensando que  ella estaría mejor en su ausencia?, ¿Por qué Jacob pasa tanto tiempo a mi lado desde que nací?, ¿Por qué  hubo tantas luchas desde antes de que yo naciera? Nunca pude dudar de esta forma en  demasía, puesto que a cada segundo mi papá  estaba leyendo mi mente, interrumpiendo  mis planes, descubriendo mis maldades y diciendo cosas como “Ness siempre te hemos amado más que a nuestra propia existencia”. Aunque de una u otra forma  yo me entere de que en un momento  eso no fue así, pero de la misma forma supe que  había razones poderosas, estaba  en riesgo la vida de mi mamá.

A pesar de que mi nacimiento ha ocurrido tan solo diez años, mi cuerpo  aparenta  unos dieciocho  años, así como también mi mentalidad era la de una adolescente normal. En todo este tiempo la persona más fiel que ha estado a mi lado es mi mejor amigo, Jacob Black se podría describir como la persona que sabe  todos los secretos  que tengo, los que por lo demás no son muchos con un padre lector de mentes,   pero a pesar de que  es mi mejor amigo, desde hace un tiempo ya no lo siento igual, si bien le tengo un gran  cariño, no creo que sea específicamente de grandes amigos  y con respecto  a ello ¿Es eso correcto?.

-Reneesme  baja a desayunar cariño.- Primer día de clases y ya no tenía el comiendo adecuado.

-Vamos a ir a cazar.- Respondí tratando de  sonar y parecer inocente, aunque con mi padre leyendo mentes eso sería lo que menos conseguiría.

-Deja de pensar así Nessie, tienes perfectamente claro que debes alimentarte  correctamente, pero de las dos formas, no solo de sangre.

-Lo demás no sabe rico, comer panqueques no es   de mi agrado y del tuyo tampoco.- Pensé  de forma clara, pero claro mi fundamento debería servir de algo, papá  tuvo que comerlos en casa de una amiga de mamá, ella no sabe nuestro pequeño “secreto”. De pronto  sonó un latido diferente al mío, uno más que bien conocido… Jacob, “mi Jacob”.  Salí corriendo a lo que más dieron mis piernas, para saltar sobre él.

-Como estas mi pequeña princesa, estas her mo sí si ma.- Me reí unos segundos   por lo asfixiante de mi abrazo, pero  pare en seco la risa en el momento que  me di cuenta que la sangre se me había subido a las mejillas y mi corazón  palpitaba  a mil. Me encantaba que Jake me tratara de princesa, pero últimamente todos se olvidaban que tanto mi cuerpo, como mi mentalidad  aparentaban  unos dieciocho o  incluso más años.

-Jacob, muchas gracias, pero  no hacía  falta de que  vinieras, es muy temprano y tú necesitas dormir.-  Aunque  me encantaría que ninguno de los dos  necesitásemos dormir, para así pasar la eternidad  junto en todo momento.

- Por nada del mundo me perdería un  día tan importante para ti, los mejores amigos siempre están ahí en  todo momento para el otro.- Y dele con  el “Soy tu mejor amigo” ,  de seguir así jamás podría ser algo más que  una simple amiga de  Jacob.

Debo admitir que me enoje un poco, o bueno algo más que un poco, pero que hacer cuando sientes que  tu corazón se  rompe a pedacitos, mientras que te mueres por besar al chico que te gusta y él como si nada diciendo “Soy tu mejor amigo” ,  gran apoyo al autoestima por todos lados. Nunca antes me había interesado  alguien, cuando lo normal es que una chica de mi edad anduviese   siendo cautivada por los encantos de los chicos, já,  de eso nada, yo parecía ser la excepción a la regla en absolutamente todo, solo una persona me gustaba  y para variar esa misma persona por mí no sentía nada, esto era genial, todo en mí es absolutamente  nuevo, hasta la manera de enamorarse de alguien, sí, eso era lo que pasaba me había enamorado perdidamente de Jacob Black… “Mi Jacob Black”.

-Puedes por tan solo un segundo  dejar de pensar de esa forma Nessie, me tienes enloquecido.- Hay va nuevamente mi padre husmeando en las mentes ajenas y dando privacidad nula a todo el mundo.

-Puedes dejar de escuchar mis pensamientos, una vez me dijiste que espiar es algo malo.-Resople  frustrandome de lo tan mal que podía iniciar un día cualquiera.

- No te estoy espiando Ness, es solo que…- La culpa estaba en pleno funcionamiento, hasta que de un momento  mi familia me rodeaba dando explicaciones de cómo debía ser mi comportamiento y explicando cual sería la relación familia que supuestamente tendríamos  dentro del instituto.

-Hemos pensado que lo mejor es que digas que somos primos.- Mis ojos deberían estar  de lo más abiertos, pero mi familia sumando mentiras en un saco ya lleno de ellas, ni siquiera les pedí que volviesen todos a estudiar, yo solo quería hacer mis propios recuerdos y pasar mis propias aventuras, no tener que vivir como a ellos se les ocurriese, jamás  me dejan hacer  lo que quiero, son demasiado represivos, no hagas esto, no te acerques a este otro y por último, pero no menos  estresante y totalmente restrictivo, te sentarás con uno de nosotros!.

-Excelente mamá como ustedes digan!- Estaba enojada y sabía que todos lo tenían claro, pero  así y todo   subí al auto de Jacob, mientras que  los demás se subían en sus correspondientes  vehículos.

-Princesa necesito hablar contigo.- Jacob estaba  en el límite de colmar mi paciencia, entre las mentiras que tendría que decir, soportar a mi familia escaneando mi comportamiento y ahora saldría Jake hablando sobre qué… la amistad?

-Está bien, dime lo que tú quieras, yo te escuchare.- Respondí realmente un poco desinteresada.

-Te parece bien si  te paso a recoger esta tarde, hablamos en la Push más tranquilos y sin   los oídos super poderosos de tu familia cerca.- Me contesto  riendo, me sentí culpable, el solo  trataba de ser amable, mientras que yo no podía hacer nada más que quejarme de mi vida junto a él y mi familia.

-Sí,  sabes que es mi lugar favorito, pero después de hablar podríamos nadar.-  Puse la mejor cara de súplica en mi repertorio, realmente quería ir a la Push y nadar, era una de las pocas  cosas que me relajaba sacando mis tensiones.

- Me parece, pero una vez más  que pongas esa cara y vas a tener que pagar muchas cosas Ness. Entonces te pasare a buscar  en cuanto salgas.- Trate de responder enseguida, pero su perfecta sonrisa me tenía hipnotizada, haría mil veces ese tipo de caras únicamente para que se quedara a mi lado.

-Te estaré esperando.- Me impulse para poder despedirme, pero mi calculo no fue el mejor, por lo que en vez de besar una de sus mejillas  deposite un delicado beso en la comisura de sus labios, abrí mis ojos más de lo común, pala luego bajar mi mirada algo divertida por lo que había pasado, como respuesta  solo obtuve un “bien” entrecortado por efecto de mi acción, pero mi error no fue de a gratis, desde su esplendido auto mi padre me miraba enojado, podía notar la ira en  sus ojos, mientras mi madre trataba de calmarlo. Mi papá se bajo del auto rápidamente, así que para evitar que a Jacob le llegará la grande por  mi  culpa me adelante con un sano pensamiento, “Lo siento, fue un accidente, pero no me arrepiento papá”, se freno de pronto mirándome sin poder creérselo. Baje del auto luego de que Jake  me abriese la puerta, que tanto pensé para no  darme cuenta que Jacob se había bajado, no sé, pero ya estaba  atenta de mi alrededor nuevamente y mi atención recayó en las tres chicas que se comían  al chico moreno que estaba a mi lado, la ira me invadió, pero no alcance a dar un paso cuando Emmet ya me tenía tomada de un brazo.

-A clases enana, ya  te alimentaste de sangre por esta semana.- Dijo como si nada con una gran sonrisa.

- Nos vemos luego.- Susurre, fue lo único que pude decirle a Jake, ni tiempo de un abrazo tuve por mi enojo.
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Chicas iniciando un nuevo año y este pequeño rincón de mi imaginación  vuelve a tener vida, vale decir que reeditar la historia completa es un poco extenuante, porque salen muchas cosas de la historia y entran otras nuevas a la vez :), no sé en  cuanto tiempo voy a tener toda la historia publicada nuevamente, pero  la alternaré con una nueva. Espero sea de su agrado y  vayan dejando su opinión.

Besos y FELIZ AÑO :D



martes, 19 de noviembre de 2013

AMATE!


No sé realmente como se supone que esto debería comenzar, mucho menos si es la forma correcta en la que  voy a relatar esta historia o tan siquiera si es prudente hacerla de conocimiento, puesto que desde ahora voy a dar mi perspectiva de como se convierte “la fea” en “la bonita”.

No es un  relato que vaya a ayudarte a adelgazar, ni mucho menos a como seguir  los últimos parámetros de belleza a nivel mundial, porque no necesitas encontrarlos realmente, los tienes,  el punto es que no sabes dónde buscarlos y por eso últimamente estas enfocada en la talla de tu pantalón, de tu camisa, hasta en como se ve la ropa interior que traes puesta. 

Aunque nada de eso te vaya a llevar a la respuesta que necesitas, es en lo que tú te enfocas y no porque se te ocurriese de la nada, es porque a alguien, en un mundo  lleno de críticas, se le ocurrió dar marcha a la que atormentaría a TODAS las mujeres…”El peso”.

Por años lo único que muestran las campañas publicitarias es  a chicas que caen muchas veces en la desnutrición, pero es lo que se denomina y acepta como el concepto de “belleza”. Una belleza que no  representa ni a la mitad de las féminas a nivel mundial, pero cuál es el problema en esto, eso es lo que nadie entiende, el problema que realmente se esconde  tras de ese parámetro, es salir de tu casa en búsqueda de encontrar  la más linda blusa, el más lindo sweater o un  bello jeans y no encontrarlo por el simple hecho de que las tallas están basadas en chicas que se alimentan a lechuga y agua, mientras que la gente normal se alimenta con  algo más que eso, sin decir los descuidos que se adquieren en fiestas u otras situaciones de ese estilo.

Gracioso es que deben estar pensando “¿Con esto buscas fomentar la obesidad?”, la respuesta es fácil y es un “No”, porque bien es sabido que  lo más sano es  encontrarse en el peso ideal, pero que se hace con las personas que por diferentes motivos no se encuentran  entre los rangos de “normalidad”.

Yo he visto como muchas personas no  respetan a aquellos que están pasaditos de peso, a lo largo de mis despreciables 20 años, eso  sin descontar los primeros 7 de los que no me acuerdo mucho la verdad, he escuchado  ofensas como “Ocupas dos asientos, ¿También pagaste dos pasajes?”  Así como he presenciado a esas mismas personas que viajan en el transporte PÚBLICO solo bajar su cabeza en son de arrepentimiento, pero arrepentimiento de que, acaso es  un pecado del cual  se deba  pedir disculpas a todo el mundo  el estar con unos kilos de más – sin importar cuantos sean- nadie debería tener ese trato con otras personas. No porque  tú balanza marque el número adecuado tienes el derecho de  criticar de esa  forma a alguien que está a tu lado o cerca de ti. Otra de las amables frases que he escuchado es “Quítate gorda”, pero ese “gorda” lo modulan como nunca han movido sus labios antes, creo que sus vocabularios en la vida cotidiana deben ser bastante paupérrimo, pero cuando se trata de humillar a alguien  les sale lo docto del alma y cada letra tiene su espacio  totalmente respetado.

Lo impresionante de todo esto es que muchas veces no son hombres los que tienen este trato para con las mujeres, sino que son nuestras mismas compañeras de género las que  apocan a las más débiles, probablemente si estás leyendo esto me encontraras razón  o vas a comenzar a poner más cuidado en lo que te voy a decir ahora. No has visto en la micro, la calle, un hall de espera u otro lugar similar a una chica que no se haga destacar mucho, es la típica chica que tiene el pelo  hasta por los hombros o  por debajo de sus senos, que no tiene siquiera un poco de brillo en sus labios, no porque  a ella no le llamen la atención o no le gusten, es simplemente porque no se siente lo suficientemente femenina,  hasta puede que te estés sintiendo  tocada con estas  palabras, porque yo también lo hago a medida que lo escribo, hoy mismo 30 de agosto del 2013 vi a una chica así en la micro, tenía un hermoso cabello, era liso  con ondas al finalizar, le llegaba por debajo de sus senos, más no tenía ningún  peinado que lo hiciese lucir en todo su esplendor,  solo tenía una partidura en el centro y después de eso caía por sus hombros. Me dedique a mirarla por un buen rato durante mi viaje camino a casa, puede que hasta la hubiese intimidado, ya que no soy muy discreta que digamos, pero  al verla  detalladamente me di cuenta que tenía una nariz perfectamente respingada y así como su nariz, su rostro en general  tenía una perfecta armonía, pero cuál era el “problema”, ella tenía unos kilitos de más, eso la llevaba a usar ropa dos tallas más grande que la que probablemente es su número de ropa ideal.

 Esto  se debe a que las mujeres desde pequeñas tenemos un gran factor en contra que muchas veces los hombres no presentan sino hasta que son “mayores”, a eso le suelen llamar Él ser “pretenciosa”, esa simple palabra nos define a TODAS, porque la que diga que no  lo es  realmente no se conoce lo suficiente. Los estándares que fija el mundo para las mujeres son muy rigurosos, tu busto tiene que tener cierta medida, pero si lo sobrepasa también te encuentras dentro de lo admitido, ahora que hacemos las que  estamos por debajo de  esa medida tan peculiar, posiblemente esperar a que el destino sea bueno con nosotras y nos dé un trabajo con una buena remuneración para adquirir esa medida  con la “opción B”.  Así como tu delantera fue sometida a un número pasa lo mismo  con cintura, glúteos, piernas, brazos y como dejar fuera la carta de presentación más importante… Tu rostro, el mismo al cual  si le haces una rinoplastia  para perfeccionar los pequeños detalles que tiene tu nariz queda con moretones por el contorno de los ojos y  FELICITACIONES ya sirves para ser el doble el mapache de Pocahontas, pero qué más da en un par de semanas te alabaran por la nueva nariz que tienes, tanto así que hasta te pedirán el numero de tu  especialista  para  poder quedar “bien”, eso sin pensar que pueden no quedar como lo esperan, pero en fin, ese tipo de cosas es a lo que te  arrastra el parámetro impuesto por la sociedad.

Tampoco es algo desconocido el que todas miren en la chica de al lado  un prototipo más aceptado  que el que una  proyecta, cuando  hoy me dirigía a la universidad  me di cuenta como dos chicas muy bien parecidas, que a mi  parecer no deben, ni deberían envidiarle nada a nadie, si porque esa es la palabra clave en todo esto ENVIDIA. Las dos eran  de una piel muy linda, delgadas, pero no raquíticas, altas, pero no  en extremo, quizá hasta hermanas eran. Así y todo  miraban de pies a cabeza  a cada una de las niñas que subieron a la micro, no dejaron de hacer esto desde que ellas subieron hasta que llegaron a su destino, a algunas les hacían entre ambas cara de asco, como queriendo decir “Jamás me parecería a ti”, mientras que a otras  las quedaban mirando como  queriendo saber que elegirían tener como ella, cayendo es ese horrible y deplorable error de ver en otras chicas lo que tú quieres. La verdad de esto es que no necesitas nada de eso, lo que necesitas es darte tu lugar en tu vida, si vamos por ahí creyendo que otros tienen  cosas que nosotros necesitamos jamás podremos tener plenitud y creo que ello es exactamente lo que todas necesitamos, no es cosa de  tener el cuerpo perfecto, es cosa de saber que vales la pena, que no eres como todas, que tienes ese algo que te hace diferente. Muchas  veces la más “linda”  resulta  ser la chica que  más problemas trae tras de sí, porque aunque no lo creas ella también busca en otras  cosas que no tiene  y puede que una de esas cosas que ella no tenga, sea justamente lo que tú tienes, pero es lo que tú no  vez como una cualidad.

Puede que piensen “ella  habla sin fundamentos”,  pues aquí va mi historia de cómo he visto la vida y como me han tratado esas mismas personas “perfectas”.

Desde pequeña mi mamá quiso lo mejor para mi, siempre ha tenido claro que la educación en mi país, Chile, no es igual para todos, así que ella opto por  buscar una de las comunas que tiene mejor educación dentro de Santiago, fue por ello que  comencé a estudiar en Providencia en un colegio municipal. Desde kínder no me destaque por ser una de las niñas más sobresalientes en cuanto a personalidad, soy más bien retraía, tímida y hasta vergonzosa, yo diría que hasta  en extremo padezco de esto último, tanto así que mis mejillas parecen un tomate la mayor parte del tiempo. Mi contextura corporal no salía de lo normal, pesaba y media lo necesario para mi edad, pero  las burlas en ese entonces no se enfocaban en ello, si no que  en un  simple lunar que tenía en una de mis mejillas, mis compañeras me insultaban diciéndome que tenía una mosca en  la cara, muchas veces también dijeron que era una garrapata lo que tenía en el rostro, lo que distaba de la realidad de las cosas, todo se resumía a  un simple y pequeñito  lunar en el rostro, con el paso de los años llegue a operarme aquel lunar solo para que dejaran de lado ese tema y  así no fuese lo primero que me dijeran, mi familia me decía “no lo hagas”, “ no te operes”, pero así y todo  no hice caso. Que más se iba a esperar de una niña de doce años, mi mamá a pesar de que se oponía me apoyo de todas formas, porque sabía lo mal que lo había pasado y lo  pasaba a raíz de ello, sorpresa fue que  cuando comenzaron las clases, casi nadie reparo en que yo ya no tenía ese lunar, fue solo una amiga, que por lo demás es una de las únicas que tenía, la que se dio cuenta que me faltaba algo, pero de aquellas chicas que comenzaron esas burlas  ni pronunciación. Eso quiere decir que me expuse a una de mis mayores fobias, las jeringas,  que además me perdí de jugar normalmente con mis amigos  casi por un mes y medio, ya que no me podía exponer al sol, me tuve que aplicar cremas para que no quedara cicatriz, la cual de todas formas quedo, aunque no es notoria del todo, pero es algo que antes no tenía y todo eso por nada.  Llore, llore muchísimo dándome cuenta de que a pesar de todo ellas seguían enfocando sus burlas en mí, a pesar que sacrifique cosas de las que ahora me arrepiento, ellas no pararon, mientras que yo creaba la herida  más grande que me costaría cerrar en mi vida. Años antes de eso  gane unos kilos, mientras que mis compañeras desde ya con tan solo siete u ocho años comenzaban a formar los grupos de “populares”   y obviamente estábamos también los que no teníamos una clasificación dentro del curso, por ese entonces todos querían entrar en el selecto grupo de amigos que se había formado, después de todo me incluyo en eso, era una más de las que quería tener amigos. A pesar de que mi vida era así en la escuela, no era para nada parecida en donde vivía, ahí si tenía muchos amigos, salía a jugar cada tarde y era como decirlo… “popular”,  con la diferencia que al yo vivir una realidad diferente en la escuela  jamás discrimine a nadie, es más los integraba tan rápido podía, por lo que recuerdo  haber llegado a formar un grupo de más de veinte niños y niñas que jugábamos como similares, pero como no todo es perfecto después de horas de felicidad  cerca de mi hogar, también llegaban las seis u ocho horas diarias que pasaba en el colegio, horas en las que algunos me humillaban y otros me trataban como su amiga,  como ya les conté gane unos kilitos más por aquel entonces y  ese fue el nuevo foco de las burlas, no es que  hubiese sido mucho el peso que gane, simplemente tenía seis kilos demás, seis kilos que se notaban cuando me sentaba, ya que hacía su aparición aquel rollito, más no  era aceptable para estar en un grupo de amigos que son tan cool, mis compañeras pesaban  lo justo, aunque algunas también pesaban menos, porque recuerdo como mi profesora citaba a sus padres para comunicarles que estaban desnutridas, como ya se imaginaran  mentes tan  vagas como las de aquellas pequeñas niñas tenía una gran formación en sus casas, aún recuerdo cuando mi profesora llamo a la mamá de una de mis compañeras en particular, ella pesaba ocho kilos menos de lo que debería, pero  la respuesta de su madre fue categórica “No estoy criando a mi hija para que sea una obesa, ella es muy linda para  engordar”,  todo eso dicho frente a niños pequeños sin un criterio formado,  ahora eso me causa gracia, no por el daño mental que le hacía a su propia hija, sino, porque en ese entonces me cuestionaba el por qué mi mamá no pensaba así haciéndome adelgazar. Ahora comprendo que mi mamá no me quería presionar, ella quería que creciera disfrutando de todo a concho, cosa que agradezco, porque sé que esas niñas que en un momento me molestaban no tienen ni la mitad de lo que yo tengo ahora, con esto no me refiero a algo económico, sino que algo mental, a amor propio. Luego de que supere todas las burlas, me toco lo más difícil de todo, pelee con una de las chicas que si bien no era popular, era algo así como una protegida de ellas, ello me arrastro a  no hablar con muchas personas, es más, solo hablaba con cuatro personas, sin que hubiese un trabajo de por medio. Y esa amiga que antes se dio cuenta de la falta de mi lunar, específicamente no estaba entre aquellas cuatro nuevas niñas que aparecieron en mi vida, pero no la culpo y nunca lo hice, es fuerte que nadie te hable o que te ignoren, siendo tan pequeña, más tampoco quería arrastrarla a ello. Mi último año de escuela básica fue horrible, pero  ya lo viví, nada de eso va a cambiar, además de que es lo que me llevo a ser lo que soy ahora, ese año tenía que cambiarme de colegio, pasaba a la escuela media, pero una vez más aumentaron su rencor contra mí, la razón, le quite el puesto de entrada a una de las chicas populares, rendí mejores exámenes que ella y no quedo en el mismo liceo que el resto de sus  amigas, como no me prestaban mucha atención  jamás se dieron cuenta que mis calificaciones no eran malas, hasta que un día la profesora me felicito frente a todos por tener la mejor calificación  del curso en aquella ocasión particular, creo que en ese entonces me vieron como algo parecido a un peligro. Definitivamente el día en que salí  de esa escuela fue uno de los mejores días de vida,  por fin dejaba de lado todas las burlas,   los golpes, sí, porque también recibí golpes, es a lo que ahora  llaman bullying, suerte fue la mía de tener una familia que me cuidaba como a un pollito, que con cada caída, tenía exactamente a ocho personas levantándome, mis tres tías, mi tío, mi abuelo, mis padres, pero por sobre todo mi abuela. Ella siempre fue y será mi pilar fundamental, una persona que a pesar de ya no estar a mi lado de forma física puedo sentirla dándome la fuerza que requiero día a día. Así que  deje esa etapa atrás y comencé una nueva, la que fue maravillosa, que me cambio, abrió mi mente, dirigió los que son ahora mis creencias, no religiosas, porque no pertenezco a una religión por opción propia, pero si las que son extremadamente importantes, son las que me llevan a ayudar a las personas y también a compartir esto con otras chicas que se pueden ver reflejadas.

Mi enseñanza media la viví en el “Liceo n° 7 de Providencia”, pero  a pesar de que fue una etapa muy maravillosa mi autoestima no cambiaba, pues  nueve años de humillación no se superan de la noche a la mañana. Así y todo comencé a vivir una etapa muy divertida, a propósito adelgace ese verano antes de entrar a clases, por lo que estaba  a dos kilos de mi peso normal  y me sentía muy bien  CONMIGO MISMA. El primer año fue algo extraño, no en sentido de burlas o algo, porque eso no lo viví dentro del liceo, más bien fue de adaptación. Yo de pequeña vivía con toda mi familia, los ocho que ya les nombre, pero a los siete años mi abuela se fue de la casa con mis tíos y mi abuelo, por lo que quedamos mis papás  y yo, a pesar de eso seguí viviendo con mi abuela, porque mi mamá trabajaba y fue justo en ese año, el primer año de liceo en que se dio la separación total, volviendo   a vivir solo con mis padres y él en ese entonces  hace algún tiempo nuevo integrante de la familia… Mi pequeño hermano. El resultado fue nefasto, la separación del lado de mi abuela sumado a que me cambie de casa, por lo que perdí  a mis amigos con los que me sentí segura  por catorce años de mi vida, dio como efecto  que  repetí el primer año, pero   el que venía  lo tome  desde el principio  con una responsabilidad que no  sabía que tenía. Es ahí donde comienza la verdadera travesía, conseguí estar becada por  toda la enseñanza media, a base de esfuerzo y dedicación, me volví parte de la directiva del curso  en los cuatro años  efectivos de enseñanza media, hice amigas maravillosas que aún conservo, con las que he vivido, aprendido y arrancado de muchas cosas. Forje un carácter único, raro, pero a la vez especial, siendo más extrovertida. Con todas esas cosas buenas que pase, también  hubo su resto de malas, pero las menos, creo que la que más me marco fue una de la que no iba a poder escapar nunca, eso fue la muerte de mi abuela, con ello se fue mucho de mí, pero poco a poco sé que lo voy a recuperar, si bien puede que no sea lo mismo de antes, va a ser sensacional de todas formas, porque yo quiero que sea así.

Con todo lo que viví desde pequeña me enfoque en buscar en otras personas lo que yo quería tener o ser, ya fuese   en el físico  o en lo emocional. Después de la muerte de mi abuela subí hasta aproximadamente los 100 kilos, pero como soy alta, ya que en la enseñanza media crecí, llegando a estar entre las más altas, no se me notaban demasiado los kilos, aún así  el negro era recurrente en mi vestimenta, llegando a literalmente asarme  del  calor que hacía, pero no cambiaba en nada, ya que era yo misma la que se ponía barreras, ahora no eran mis compañeras, ellas jamás me criticaron por el peso o por alguna otra cosa que tuviese. Esta vez era únicamente yo la que no se daba cuenta que no era algo así como un monstruo, era yo la que se fijaba en que tenía kilos demás, la que se sentía observada por el resto, probablemente  eso fuese una secuela del maltrato que recibí de pequeña, pero eso ya no importa, porque  fue cuando me di cuenta que  soy perfecta tal cual soy, tímida, vergonzosa, inmadura a veces, muy madura en otros cuantos momentos, pero es lo que soy, si bien no tengo ojos  de color, me encanta el color café claro de mis ojos, puede que no sea ni rubia, ni pelirroja, pero amo mi pelo negro, no es liso, puede que parezca león algunas mañana, pero así y todo me fascina el tener que ingeniármelas para acomodarlo o ponerme un gorro que lo disimule, pero a la vez que combine con mi ropa, porque lo pretenciosa en las mujeres NUNCA se quita, de la misma forma amo usar camisetas de diferentes colores. Aunque si hay algo que lamento y eso es que no me di cuenta de lo fabulosa que puedo ser hasta hace muy poco, porque   para el año pasado aún estaba cerca de los 100 kilos y comencé a bajar de peso esforzándome de sobremanera, tanto así que llegue a perder mucho pelo, ese mismo pelo que siempre he amado, pero que ahora arreglo divertida y cómodamente, baje 20 kilos en solo dos meses, pero al costo de poner al filo mi salud, no voy a decirles que  ahora no sigo bajando de peso porque mentiría, pero si lo hago de forma RESPONSABLE y no porque un anuncio de  moda me lo imponga, me siento feliz de como estoy, de cómo soy, de cómo pude cambiar la forma de verme. Unos kilos demás no son un impedimento para ser y sentirte BELLA, cada vez que alguien trate de demostrarte lo contrario tienes que repetirte hasta el cansancio lo hermosa que  eres, dentro de ti hay alguien que quiere salir, un “verdadero yo” que solo quiere ser feliz, que solo quiere sonreír y no estar llorando o refugiarse en ropa de un color especifico que  te de la ilusión de estar más delgada.

Para  cumplir con los estándares de belleza no hace falta únicamente  estar en  un peso adecuado, eso es solo una imagen, eso no revela quien eres, porque  si no te amas primero NUNCA vas a llegar a sentirte bella realmente y seguirás buscando  en otras  lo que tú crees que no tienes y te falta. Deja de ver a las mujeres que van cerca de ti en la micro, el metro, la calle o las que están en el hall de entrada, céntrate en ti, vive por ti, por lo que tú quieres, no por lo que te imponga una sociedad que tiene a más mujeres  amargadas y retraídas, que a mujeres felices y espontaneas. No pretendas ser una super modelo, eso no te sirve de nada, no creo que quieras tener una vida limitada en muchos ámbitos, mucho menos creo que quieras cuidar una imagen falsa. Ríe, vive, juega y crece, esas palabras son esenciales en este camino.

Ríe y sonríe siempre aunque la gente piense que estés loca, puede que tu sonrisa contagie a alguien  que lo necesite muchísimo.

Vive, no te limites, tu vida es perfecta tal cual es, inclusive cuando veas que tienes un problema, la realidad por duro que suene  es que en el mundo hay más de un millón de personas con problemas mucho más grandes que el que tú tienes, pero  se dan ánimos para salir adelante, por qué tu no podrías hacerlo.

Juega, si no juegas en la vida  todo se vuelve aburrido, no tendrías errores, ni caídas, ni cicatrices de las cuales reír con el tiempo, yo amo cada una de las cicatrices que están  en mis rodillas, porque puede que no se vean estéticamente lindas, pero guardan  recuerdos de cada caída  que tuve jugando con mis amigos, esos de los que pueda que no sepa mucho, ni muy seguido por nuestras ocupaciones de ahora, pero que contribuyeron a que a pesar de todo haya tenido la que considero  la mejor infancia  de la historia.

Crece, pero no madures, si maduras le quitas lo divertido a la vida, solo aprende a cómo actuar frente a ciertas situaciones o me vas a decir que no es extraño ver a los “adultos”  sin sonreír  en todos lados. Como por ahí leí “madurar es para frutas”, razón tiene, pero es porque las frutas maduras se pudren más rápido, yo no quiero vivir mi vida podrida en la amargura, quiero vivirla siendo una buena persona, ayudando a los demás, sin discriminar, integrando a quien quiera ser integrado, ofreciendo mi amistad aunque me traicionen, porque si dejo de confiar en las personas, va a llegar un momento  en el que todos vas a desconfiar de todos y necesito hacer que en mi vida exista la confianza, porque sin ella nada tiene una base firme.

No sé como  empecé esto, ni  si está bien, ni siquiera sé si la idea todos la comprenden, pero creo que lo que más claro esta es que hay que aprender a vivir amándose uno mismo primero, porque si no nos amamos no proyectamos ese amor, para que el resto nos ame y con esto no me refiero al ámbito de pareja, porque ninguna mujer necesita  de un HOMBRE o de una MUJER, dependiendo  de tu orientación sexual claro está, para poder ser feliz, porque si se ama a si misma  va a tener lo que necesita, porque para pasar de ser “la fea” a ser “la bonita”,  hace falta una cosa muy pequeña, pero extremadamente necesaria, amor propio, repítete que eres perfecta tal cual eres, no debes, ni tienes que cambiar por nadie que no seas tú misma, no dejes que el mundo te domine, tu domina al mundo, eso es lo que se necesita. Si tienes la confianza lo vas a lograr todo y LUCHA, lucha mucho, porque  siempre van a existir esas personas que no tienen el respeto inculcado y va a tratar de destrozarte, no porque  crean que eres inferior, sino, porque te ven como un potencial  peligro para ellas mismas, ya que tienes que tener claro que si se sienten  bien humillando al resto, es porque ellas amor propio no tienen y tu les estas dando el tuyo en bandeja de oro. No te empeñes en seguir prototipos de belleza, que realmente de belleza y vida no tienen nada, dedícate a crear tu historia e imponer tu estilo, porque exactamente ese es el prototipo más perfecto que puede existir.




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Chicas si alguna lo leyó y se sintió identificada de corazón espero les ayudase a ver quienes son realmente, no hay nada mejor que ser feliz  y la verdad es que no hay razón alguna para no serlo, todo es superable junto a las personas que te quieren, porque siempre tenemos a alguien.

Si creen que puede ayudar a alguien y quieren  publicarlo ya sea en sus blog o alguna página solo les pido que aclaren que es de mi propiedad, pues es mi historia de vida y junto con ello les pido también me comenten que lo van a utilizar, ya que espero que muchas mujeres entiendan lo maravillosas que son.

Besos.  cKer ;)

Hola!

Chicas no sé si queda alguien por ahí, pero yo estoy aquí tratando de volver y haciendo todo por lograrlo. con respecto a mis historias fue simplemente un error borrarlas - del que me arrepiento mucho, pero ya lo hice-  aunque volveré a publicarlas dentro de poco tiempo, estoy en un periodo  de re edición desde la primera temporada y también tengo historias nuevas en progreso, creo que me sentí sobrepasada en un momento, lo que me llevo a desaparecerme, pero si queda alguna  espero poder re encantarlas con mis historias y a aquellas chicas nuevas atraparlas en  mis historias desde cero, por lo pronto publicare algo que escribí hace un tiempo  y no tiene que ver con una historia, pero espero que lo lean  ya que es  sobre  nosotras mismas :)

Espero verlas comentando nuevamente y muy pronto por este pequeño espacio.

Besos.

cKer ;)

lunes, 7 de marzo de 2011

"Todo puede pasar el día de San Valentín " By. Vivi

Primer Lugar


14 de febrero… un día alegre y lleno de amor ¿Cierto? Bueno no lo es tanto para mí. No lo digo porque no tenga novia, claro que la tengo… la más hermosa de este mundo, con una piel tan pálida como la nieve, unos gigantescos ojos azulados, una cabellera rubia rojiza suave y larga, un cuerpo matador perfectas curvas. Es una diosa. Es mi diosa… o algo así. A veces me arrepiento tanto de todo esto. ¿Seré un poco hombre por siquiera permitirlo? Probablemente, desde el principio debí darle su merecido a ese imbécil… pero no puedo, se lo prometí a ella. Maldita sea con mi boca, siempre la cago.

Camine por los pasillos atestados de adolescentes emocionados por saber cuántas rosas o cartas hallarían en sus casilleros al abrirlo – es una costumbre en este instituto que el día de San Valentín se haga como un correo anónimo, el cual podrás mandar y lo entregaran en el casillero de la persona, es bastante original en realidad-, yo no espero mucho… solo una carta de ella. Como en cada día de los enamorados. Posiblemente ese es el momento que espero en todo el año. ¡Oh mierda estoy bastante jodido! Me estoy contradiciendo de una manera terrible… aunque quisiera nosotros no somos novios, no aun.

Salude con el puño a unos cuantos chicos del equipo de futbol y seguí mi camino sin más percances. Los nervios me carcomían y las manos me sudaban. No entiendo porque con exactitud, es una costumbre de cada año… solo que no es normal lo nervioso que me torno cuando llega el momento, me siento gay ante eso.

Coloque la clave del casillero y lo abrí de un tirón. Me sorprendí de lo que halle adentro… cientos de cartas. Cosa que me extraño pero logre entender al instante… este año mi forma física había mejorado, mis músculos son más voluminosos y ahora soy musculoso. Estoy seguro que la mitad de las cartas son de mujeres que no tengo ni idea de quien rayos son. Esto de hacerme popular por un puesto alto en el equipo de futbol, me parece demasiado superficial… cosa normal en adolescentes. Okey, el día de San Valentín me está afectando hablo como si fuera un viejo. Si mi mejor amigo oyera mis pensamientos se burlaría de mi por el resto de mi vida, agradezco a dios que no pueda hacerlo. Cualquiera pensaría que soy un gay reprimido. Por dios. Necesito una buena ducha de agua fría.

Tome todas las cartas y ya que hoy sería un día libre en todas las asignaciones, me encamine a las aéreas verdes del instituto para poder leerlas con calma. Camine sumido en mis pensamientos y con la mirada cabizbaja, raro en mi, suelo ser demasiado animado… y no hay nada ni nadie que me calle. Me acerque a un roble y avente a un lado mi mochila, me senté bajo este acomodándome y abriendo la primera carta.

Querido Jacob,

Oh dios mío eres un Dios, como es que puedes ser tan hermoso… ¿crees en el amor a primera vista? Porque sé que desde que te vi no puedo dejar de pensar en ti…

Cerré la carta con asco, había leído el nombre antes de seguir… Bella. No puede creer que la Zorra mayor y novia del mariscal Edward, me ande mandando ese tipo de carticas tan patéticas y denigrantes. Puedo notar el verdadero “amor” que se tienen. Me dan lastima. Es más que obvio que Bella se ha acostado con más de medio instituto al igual que Edward… ¡Oh! Me retracto son tal para cual, celándose ellos solos de algo mutuo. Que ¿hermoso? Pff! Ni siquiera se mentir sobre un sarcasmo hacia ellos. Prefiero no meterme en eso, no será nunca asunto mío. Abrí la siguiente carta.

Jake,

Eres la cosa más sexy que he visto, cuando te veo solo quiero aventarme sobre ti y hacerte el amor…

¿Una carta es capaz de dejarte un trauma psicológico?… no lo sé, pero esta lo hizo. Mas si viene de parte de Leah, la segunda de las porristas. Otra zorra con titulo y apellido. ¿Por qué será que antes cuando quería chicas a montones no me llegaba ni una y ahora que estoy enamorado hasta las zorras me buscan? Es el colmo. Como odio esa ley de la vida, cuando uno busca no encuentra pero cuando menos te lo esperas te llueve lo que antes buscabas. Es simplemente frustrante, dan ganas de matar al que la invento. La vida es demasiado jodida. Seguí pasando las cartas.

Jacob,

¿Por qué no vez al futuro? En vez de enfrascarte en un pasado que no te traerá nada bueno. No lo sigas haciendo. Solo logras sufrir más con eso. Sin tan solo miraras a tu al redor, en vez de obsesionarte con esa tipeja. Como me duele verte de esa manera, llorando por ella. Nunca había visto a un hombre llorar… por favor, avanza.

Att: Anónimo.

Me recorrió un escalofrió de pies a cabeza de tan solo leer eso. ¿Cómo lo sabe?... Es algo imposible. No lo sé, estoy confundido. Pero no importa, esa carta no es importante, lo que me interesa es que este la de ella… las demás me valen un comino. Rebusque hasta que la halle, con su característico perfume de lilas y el papel de color rosa con corazoncitos. Casi salto de la emoción al verla. Con rapidez rompí el sobre.

Jake,

Feliz día de los enamorados. Te quiero siempre recuérdalo. Somos tú y yo.

Att: Tanya.

¿Qué se supone que es eso? Una carta para un amigo cercano o ¿Qué? Porque no entendí nada, esperaba algo más extenso, con mas sentimientos y no se con las palabras que había esperado decirme todo el año… tal vez un te amo o un te extraño. Simplemente no logro entender. En qué momento Tanya se volvió tan fría y distanciada. Esto es culpa mía, sé que es así.

Con rabia me levante del pasto tome mi mochila y me largue de ese lugar. La rabia y el dolor me consumen, debo hacer algo. Pero que… no lo sé. ¡Oh ya se! Iré a hablar con mi mejor amiga, ella es la única que sabe hacer en estos momentos, yo soy un completo inútil sin ella. Tal vez soy demasiado ciego o enamoradizo y no me doy cuenta de la verdad, pero ella de alguna forma extraña hace que yo entienda y recapacite. Es como mi subconsciente, no puedo vivir sin ella.

Todos me llamaban y saludaban con emoción, yo trataba en un vano intento de responderles hacerles señas o gestos de confianza… pero nada. Mi día esta yendo de mal en peor. Todo por una carta… soy patético. Seguí recorriendo los pasillos y no encontré a mi mejor amiga, hasta que la vi junto a su casillero guardando unos libros. Apresure el peso hasta llegar a su lado, le toque el hombro levemente, ella tardo unos segundos en voltear. Al mirarme una hermosa y resplandeciente sonrisa se formo en su rostro dándole el aspecto angelical que tanto amo de ella, le regrese con un poco más dificultoso el gesto.

-¿Qué ocurre?- me pregunto alarmada. Con un solo gesto o una mirada ella sabe que me ocurre. Es impresionante como nos conocemos… creo que hasta nos podemos leer la mente. Okey, no eso es demasiado exagerado.

-Tanya…-fue mi única respuesta. Ella soltó un suspiro con frustración, sabia a donde iría todo esto. Con fuerza me tomo de la mano y me condujo entre la multitud de personas. Regresando al lugar donde antes habia leído las cartas. Nos sentamos con calma y nos mantuvimos callados. Aun tenía nuestras manos entrelazadas, cosa que no me incomodo, es mas comencé a dibujar formas con mi pulgar en el entorno de su muñeca sintiendo la suavidad. Ella rio quedito, la mire con admiración… siempre a pesar de las circunstancias mantiene una sonrisa en su rostro. Es demasiado hermosa.

-Ahora si dime que ocurrió.- exigió, mirándome fijamente a los ojos. Me mordí los labios un segundo para luego suspirar.

-Míralo por ti misma.- con la mano libre rebusque en mi mochila hasta encontrar la carta color rosa pastel. Se la tendí a ella, la tomo y abrió. La leyó y luego me miro.

-¿Eso es todo?- murmuro con extrañeza. Un gruñido sordo se escapo de mis labios para luego llevarme ambas manos al rostro con rudeza.

-La amo no lo entiendes, la amo… no puedo vivir sin ella.- conteste con un poco de rudeza en mi voz. Acercándome mucho a su rostro pero no logre verla ya que mis ojos y mejillas estaban inundados en lágrimas. Ren alzo una mano y las limpio con constancia pero esta siguieron bajando.

-¡Oh Jake!- me abrazo con fuerza hundiendo su cabeza en mi pecho. Le regrese el gesto, lo necesitaba, necesitaba de comprensión, de afecto y demostrarme que aunque sea alguien en el mundo me necesita- Jake debes dejar de llorar por ella… no lo merece, tu eres mucho mejor que esa arpía.- me pidió con lagrimas en los ojos. Sentí un dolor más profundo.

-No puedo.

-Sí que puedes, hazlo por favor. No quiero verte triste. Extraño al viejo Jake, que reía hasta de la pared y nunca paraba de hablar… ahora solo queda su sombra.- su tono fue raposo y lúgubre.

-Ren…

-¡NADA DE REN! Por favor, hazlo. Quiero regresar a los viejos tiempos.- no pude seguir sosteniéndole la mirada. Ella bufo con rabia para luego pararse de golpe- Has lo que quieras pero luego no vengas a mi lloriqueando. Que no me importara. Adiós Jacob.- sus palabras fueron duras y firmes. Trate de levantarme pero cuando ya estaba en pie… ella no estaba. Maldición. Como la pude cagar tanto en un día, por dios. Soy un idiota. Tengo que hablar con Ren, no puedo dejar todo esto así. No puedo, es mi mejor amiga. Lo único que me mantiene en pie, la razón por la que sigo día a día, la única que ha llegado a entenderme, la que conoce todos mis secretos y a pesar de todo eso no me subestima ni me trata de una manera diferente.

Corrí de nuevo al instituto en busca de mi mejor amiga. No estaba por ningún lado y para más nadie la habia visto. Excelente. Soy un completo imbécil, creo que mi habilidad especial es herir a las personas más importantes de mi vida.

¡Oh! Acabo de notar que no les he explicado que tiene que ver en todo esto Tanya, verán. Tanya, Renessme y yo hemos sido mejores amigos desde la infancia. Siempre estábamos juntos, no habia nadie que nos separara. Hasta que crecimos, Tanya se obsesiono con la popularidad y nos dejo a Ren y a mí de lado, en realidad nos olvido y siguió adelante con sus “amigos”. Poco tiempo después note que siempre estuve enamorado de ella y que la necesitaba demasiado. Se lo conté todo, mis sentimientos, ella me dijo que también me amaba pero que no podíamos estar juntos. Fue por esa razón que comencé a entrenar y unirme al equipo de futbol, eso hizo que dejara a un poco de lado a Ren. Y ahora que soy popular, Tanya me prometió que terminaría con su novio y estaríamos juntos… pero ahora paso esto. ¿Qué fue el verdadero motivo de sus palabras? Acaso habrá dejado de amarme…

Unos gemidos me sacaron de mis pensamientos me detuve abruptamente provenían del armario de escobas. Lo más probable es que sea Bella con uno de sus tipos. Me acerque sigilosamente a la puerta. Qué extraño esa no es la vos de Bella, la de ella es más fina y suave, esta es cantarina y felina. Abrí la puerta de un tirón, lo que encontré adentro me dejo sin aire. Tanya… a casi medio vestir, abrazada y sostenida del trasera por Edward.

¿Cómo podía sentirme en eso momento? Triste, desilusionado, dolido, engañado… traicionado. Créanme que eso y más, no sabía qué hacer. Tampoco iba a armar un escándalo. Que mal me siento. Yo apoyando y dando hasta lo último por Tanya, cuando en realidad Ren siempre tuvo la razón, con razón me odia tiene todo el derecho, es mas sino me perdona lo entenderé. Soy un imbécil, me pregunto cuantas veces me lo habré dicho. Porque es enserio, deberían golpearme por ser tan idiota.

-Tanya…- fue lo poco que pude decir en vos neutral. No dejaría que ese estúpido notara cuanto me dolía eso.

-Jake no es lo que crees…

-No, no te preocupes me quedo más que claro.- negué alzando una ceja y bufando con rabia.

-De verdad es todo un error…

-¿Un error? No parecía un error que le estuvieras abriendo las piernas felizmente a Cullen.- espete entre dientes de una, no me importaba ya nada.

-Jake por favor escúchame…

-No Tanya, esto se termino.- la corte con vos grave.

-¿Qué? ¿Cómo que se termino?- no sé si es que se estaba haciendo la estúpida o quería hacerlo todo mas difícil.

-Como lo oyes. Esto TÉRMINO. No pienso arrastrarme más por ti, dos años fueron suficiente humillación, créeme tienes toda la libertad para hacer lo que se te pega la gana. Bueno no es eso lo que haces siempre.- todo mi discurso sonó tan irónico que una risa ronca salió al final.

-No Jake… yo te amo.

-¡Oh! Por favor Tanya no sigas rebajándote, menos frente de Cullen. Cuidado eso puede dañar tu popularidad, no vaya a ser que el chismee.- le solté divertido, ya en este momento todo me parecía sumamente gracioso.

-Jake…

-Jake nada, tuviste la oportunidad y me perdiste. Ahora abstente a las consecuencias.- la ironía de la situación estaba dando un poco de miedo.

-Por favor Jacob, sin mí no eres nada.- me escupió de forma egocéntrica. Yo reí a todo pulmón ganándome una mueca de odio por su parte.

De verdad en qué momento me volví tan ciego, siempre estuve enamorado de un espejismo, de una simple ilusión creada por un mundo rosa y cientos de adornos. Soy un pendejo. Cuando en realidad siempre tuve una mujer de verdad, sincera y que me apoyo en su debido momento. Renessme. Tengo razón soy un poco hombre por no notado la realidad. Como decía en la carta anónima “¿Por qué no vez al futuro? En vez de enfrascarte en un pasado que no te traerá nada bueno. No lo sigas haciendo. Solo logras sufrir más con eso. Sin tan solo miraras a tu al redor, en vez de obsesionarte con esa tipeja. Como me duele verte de esa manera, llorando por ella. Nunca había visto a un hombre llorar… por favor, avanza.” Siempre fue ella, estuve simplemente segado de algo comercial y no note que en realidad a quien amo es a Ren. Amo a Renessme Carlie. ¿La amo de verdad? Claro que la amo. Debo ir a buscarla y pedirle… no suplicarle su perdón, hasta le besare los pies si es necesario, pero debo decirle la verdad.

-Me largo…

-¿A dónde se supone que vas Jacob?

-A decirle a mi verdadero amor cuanto la amo.

-¿Qué…quien?

-Alguien que tú ni siquiera debes recordar. Adiós y hasta nunca.

Corrí por todo el instituto buscando a Ren, no la hallaba por ningún lado. Piensa Jacob donde va Renessme cuando esta triste… la biblioteca. Seguro esta haya. Apresure el peso, tuve que recorrer casi medio establecimiento. Me detuve en la entrada para poder recuperar el aliento. Suspire un par de veces y entre en el lugar. La busque por el lugar y la encontré en un sillón. Me acerque a ella a peso lento y precavido.

-¿Orgullo y Perjuicio? Un libro excelente.- comente como si hablara del clima.

-Si un buen libro.

-Lo lamento. Yo no quería.

-No sigas, lo comprendo estas enamorado.- la corte y me agache para quedar cerca de ella.

-No, bueno si lo estoy… pero no de ella.

-Y entonces ¿De quién?

No espere que dijera más y estampe mis labios contra los de ella. En un tierno y suave rose, con movimientos lentos y dulces. Me separe de ella sin despegar los ojos de sus perfectos posos achocolatados.

-¿Te haces a la idea?

-No mucho, tal vez si lo volvieras a intentar… podría ser.- ambos reímos ante eso.

-Te amo.- le susurre cuando estuve a un centímetro de sus labios.

-Y yo a ti. Nunca lo dudes.

"Siete minutos en el paraiso" By. Mar MC

Segundo lugar





Yo… Isabella Marie Swan, la chica timida y fracasada del instituto estaba a punto de entregarme a Edward Cullen, el chico mas popular y quarterback superestrella del equipo de futbol, sin mencionar su insoportable atractivo.

¿Cómo es que llegué aquí?: Todo comenzó hoy en la mañana… con el día de San Valentín…



El despertador… 7 a.m… otro día mas en el instituto. “Solo un año mas Bella, solo un año mas…” me repetía tooodos los días. No era para nada fácil ser una “rata de biblioteca” y el blanco de todos los jugadores de futbol.

Mi mejor amiga Alice Cullen, una de las chicas mas populares e ícono de la moda, me esperaba en su auto como todas las mañanas desde que mi camioneta Chevy murió.

Bajé hacia la cocina para tomar algo deprisa y subirme al auto.

- Hola Bells – saludó mi padre

- ¿Como estas Papa?

- Bien, sano como un caballo. ¿Lista para el instituto?

- Supongo

Mi teléfono sonó antes de que abriera el refrigerador para buscar algo… comestible. Me fijé y era Alice, de seguro para gritarme por qué me demoraba tanto.

- No me grites, Ally. Ya estoy saliendo.

- Me ofendes amiga, no llamaba para gritarte, pero… estas lista? Hoy será un día largo, muy largo

Si, todos los días eran largos para mi, pero el tono de su voz dejó mucho a que desear. Algo se traía entre manos y debía averiguarlo cuanto antes, porque conociéndola…

La última vez me había llevado de compras a Seattle, todo el día, y cuando digo todo el dia es realmente toooodo.

- ¿A que te refieres Alice?

- Nada – dijo fingiendo inocencia

- Alice… - le reproché

- Ya lo verás… tal vez me odies por unos días, pero luego me lo agradecerás. Es como hacerte feliz a largo plazo.

- ¡Alice, dime que estás tramando!

- ¡No! No sería para nada justo. Nos hemos esforzado mucho en esto y no dejaré que lo arruines, así que compórtate. Ah,y… que disfrutes de tu San Valentín! – la última frase la dijo con picardía y fue lo que mas me preocupó

¡El día de San Valentín! ¿Cómo pude olvidarlo? Cada año es un desastre, un anónimo me deja mil cartas en mi casillero, diciendo… cosas, y dándome pistas para que lo descubra, ¿pero saben que? ¡No me importa!

Y además tengo una amiga que está loca!!! Como una cabra!!!

O sea que San Valentín + Alice + planes de su loca mente = nada bueno!!!

Charlie, que estaba sentado en el sillón frente a la TV soltó una risita burlona, yo blanquee los ojos.

- Tu no te rías!

- Anda, hija. Llegarás tarde

Pues… me dirigía al Porsche de Alice con un vaso de jugo en mi mano y comiendo un sándwich de Salmón, que Sue había traido.

Cuando… un momento!!! Ese no es el auto de mi amiga!!! Que yo sepa, ella no conduce un Volvo!!!

- ¡¿E-edward?!

- ¿Quién mas Bella? Vamos, hoy te llevo yo.

Me quedé plantada en shock.

- Hey! No voy a morderte… a menos que tu quieras – dijo seductoramente – ¿Bella?

¡Mierda! ¿Porqué tenía que ser tan sexy? De nuevo me deslumbró.

Bueno les cuento… siempre se ha comportado raro conmigo y yo… he estado secretamente enamorada de el desde hace mucho tiempo.

Espero que este no sea parte del plan de ese demonio de la moda.

- Por favor entra – puso sus ojitos compradores y yo como la gran estúpida que soy caí.

Me senté en el asiento de copiloto sin decir ni una sola palabra.

- ¿Cómo estás?

- ¡Cállate! – le grité

- De acurdo… no tienes porque enojarte, es solo esta vez. Alice es una buena hermana y cuando yo… ups! Olvídalo! Y… ¿Cómo te sientes?

¡Que gran pregunta!

- ¿Cómo me siento? – solté incrédula – en realidad quieres saberlo?

- Si es algo malo, miénteme.

¿Quería que le miente? Ok, le mentiré

- Oh, de acuerdo. Estoy muy feliz, súper contenta. En estos momentos soy la chica más afortunada del mundo.

Y aunque lo dije con sarcasmo su reacción no fu la que esperaba.

- Lo siento, tienes todo el derecho a odiarme. Pero puesto a que eres la peor mentirosa del mundo, responde a mi pregunta, esta vez sin sarcasmo.

- Ok, tu lo quisiste. Siento ira, bronca, quiero llorar, ahorcar a tu hermana, gritarle a mi padre, pero por sobre todo frustración porque no puedo odiarte.

Una sonrisa se extendió por su rostro y desee no haber dicho aquello ultimo en voz alta.

- Entonces tengo suerte

- Depende de lo que hayas estado esperando – le respondí

No me di cuenta, pero por un momento llegue a pensar que cuando su mirada se desvió del volante iba dirigida directo a mis piernas. Perfecto! Maldigo el momento en que Alice me convenció de ponerme este corto vestido. Aunque… no… el no me esta mirando las piernas, no puede ser, de seguro estoy loca.

- ¡Mira la carretera! ¡Vas a chocar!

Y con un tremendo derrape esquivó a la camioneta q venía en el otro carril (al q el se había cruzado!!!!) Su conductor profirió una serie de insultos comenzando por <>

Edward se carcajeaba de lo mas tranquilo y divertido por la adrenalina y mi expresión.

El corazón se me salía del pecho y el se reía.

- Wow! Eso estuvo cerca, pero fue toda una experiencia. Creo que debería hacerme corredor, apuesto a que derrapando gano un trofeo mas. Fue genial.

- ¡¿Genial?! Por poco y nos matas!

Sonrió en modo de disculpa y no hablamos mas del tema hasta que llegamos. Busqué con la mirada a mi BFF eufórica y cuando la vi…

- Mary Alice Cullen!

Retrocedió dos pasos y salió corriendo (o mas bien danzando) y yo, bueno.. la seguí. En el momento en que estuve suficientemente cerca la tome de la cintura y la giré de modo que quedáramos enfrentadas.

- Ahora vas a decirme con todo detalle que tramas

- Claro que no, y da gracias al cielo que no se quebraron mis tacos, porque quieras reconocerlo o no son Christian Louboutin.

- Tan solo dame una pista!!

- Mmm… antes creo que deberías ver tu casillero

¿Mi casillero? Ah, cierto… es San Valentín.

- ¿Otra vez?

Simplemente asintió, con expresión divertida. Cada año me obligaba a leer cada una de las cartas e intentaba persuadirme de encontrar a mi “Valentín Secreto”

- No vas a convencerme All

Era mejor responder antes que pregunte

- Solo inténtalo – rogó.

- No!

Tenía toda la razón, mi casillero estaba definitivamente lleno de tarjetas, eso sin contar las que estaban pegadas por fuera, con tantas que eran tendría que hacer una lista:

Randall – Club de Ciencias – Nerd total! No es q sea mala pero ese chico si que se merecía el título.

Sam, Finn, Benjamín, Jacob, Mike, Tyler… y bla-bla-bla del equipo de futbol

Eric del comité de bienvenida

Y para colmarla, mi Secreto Valentín.

Suspiré

- Odio que me hagan este tipo de bromas.

- ¿Bromas? – inquirió Ally

- Si, seamos sinceras. No soy ese tipo de chicas obviamente hermosas.

- ¿¡Estás demente!? ¿Acaso no tienes un espejo en tu casa? Eres sexy amiga, palabra de BFF.

- Jajaja, Alice, no digas esas cosas. Sabes que no es cierto.

Las horas pasaron muy lentas… tuve que aguantar a los Linces guiñándome el ojo cada vez q nos cruzábamos, otros hasta se atrevieron a acorralarme en los casilleros y otro me robo un beso!!

Luego del instituto nos fuimos a la casa Cullen, ya que habían organizado una fiesta. Todos me recibieron como una reina, los hermanos Hale y Emmett me miraban raro por lo que deduje que estarían al tanto del plan de Alice

- Bellita! – llamó Rosalie – ven rápido, tengo algo para ti

Me jaló del brazo hasta llevarme a su habitación, cerró la puerta con la traba para que nadie entrara, solo Alice que se nos incorporó 5 minutos después. Traían una caja negra cuadrada, grande y un tanto plana, y otra que parecía de zapatos.

- Díganme que no es lo que creo.

- Bells, deberías dejar de tener prejuicio contra los regalos si vas a ser nuestra amiga – me reprochó Al

- Si – continuo Rose – además es algo que vas a vivir muy a menudo desde ahora

¿Desde ahora? Acaso su plan era comprarme regalos?

- Esta será una noche especial, el amor por fin se descubrirá. Los sentimientos de dos seres que se aman en secreto, por fin se verá bajo la luz de la luna… - canturreaban mientras me ayudaban a vestirme.

- ¡Listo! Ahora mírate al espejo

Vi el reflejo de una hermosa joven, con un vestido corto y pegado al cuerpo en color magenta, creo que era seda y gasa, las telas se fruncían horizontalmente dándole un aspecto mas elegante, no era mi clase de vestido, pero se veía precioso. La verdad que nunca me había dado cuenta que tenía un buen cuerpo.

- ¡Te ves hermosa! – chilló mi rubia preferida - ahora los zapatos!

La caja decía Christian Louboutin

- Pero es la misma marca que usan ustedes

- ¿Y que tiene de malo?

- Que cuestan una fortuna!

- Callate! Es un regalo nuestro, sabes que el dinero no es problema para nosotras.

Exacto! Para ellas no, pero para mi so. Odio… ODIO, REALMENTE ODIO que gasten dinero en mi. Y precisamente esa no era una marca cualquiera.

No soy una experta en la moda, pero se cuales son los diseñadores mas prestigiosos.

Sacó unos tacones de infarto en color dorado con algunos detalles del mismo color del vestido. El taco estaba totalmente cubierto por piedras.

- Están dementes!!!! No me pondré eso!!

Alice se quedó mirándolos como estúpida.

- Wow Rose!

- Oh, oh… Alice, creo que debimos juntarnos para comprar las cosas. Fue una mala idea hacer todo por separado

Esas plataformas eran mas al estilo Rosalie Hale, no Isabella Swan!

- Creo que… - reacciono Al – va a quedar con un aspecto extravagante. Combinan pero… no es precisamente ella. Yo había pensado en algo mas simple. Pero son divinos. Tranquila Bella, de todos modos quedarás bien, es una fiesta elegante así que no desentonarás.

Apenas bajé las escaleras todos se me quedaron mirando, me dio vergüenza y quería asesinar a ese par de locas.

- Te ves hermosa – me susurró una voz angelical al oído. Me sobresalte y de un salto me di la vuelta. Era mi Edward… digo Edward.

- Es enserio! Me veo estúpida.

Y ya estaba a punto de llorar.

- Claro que no, estás perfecta. Había pensado eso en Alice o Rose pero a ti te queda precioso. Ven, alejémonos del gentío.

Me llevó otra vez a las escaleras y por un pasillo hacia una habitación, aguarden… ¿su habitación?

- Ehm… ¿Qué hacemos aquí?

- Pensé que querrías estar un tanto en privado, además quería hablar contigo.

Me señaló que me sentara en su cama, y lo hice, pero con los nervios de punta.

- Y… ¿Qué me quieres decir?

Le divirtió mi nerviosismo y curiosidad. Luego se tensó y se puso serio

- Aún no te has dado cuenta ¿verdad?

- ¿De que Edward?

- ¿Quién crees que te escribe esas cartas?

- No lo se creo que…

Su expresión me lo dijo todo, era como un “hey, ¿acaso no es obvio?” lo decía todo con la mirada y por fin comprendí.

- Oh… no… - no lograba decir nada coherente

¿Pero como no me había dado cuenta?

Según las cartas de mi Valentín secreto decía:

“Un par de piedras esperanza te velan” Piedras esperanza… esmeraldas… y sus ojos.

“Quiero ser por siempre tu guardaespaldas que te cuide al desvanecer” Las veces que el me había salvado de caer, o cuando me desmayé en la cafetería y al despertar el estaba a mi lado.

“Aunque pase al lado tuyo, no me ves” El siempre estuve mas cerca de lo que esperaba y no me di cuenta.

“Aunque pienses en mi de cierta manera yo siempre te amaré. Y si dejarte es lo mejor, lo haré” Cuando le dije que era el mejor amigo del mundo hace años, y el me miró con tristeza. O cuando le mentí que estaba enamorada de Jacob y poco después empezó a evitarme.

- Comprendo si no sientes lo mismo por mi

- Oh Edward… si tan solo hubiera sabido que eras tu.

- Lo se, amas a Jacob

- Claro que no. Aquella vez te mentí, porque Tanya me dijo que tu sabías que yo estaba enamorada de ti, y que no sentías lo mismo, que te avergonzabas. Tuve que mentir. No sabía la verdad, ella me engañó.

Sus ojos se llenaron de un brillo especial.

- Entonces…

- Si, Edward, te amo.

Me dedicó su mejor sonrisa, porque sabía que no se le daba la cursilería cara a cara.

- Me gustaría tener un regalo de San Valentín para ti.

- No te preocupes, suficiente con lo que me dieron esas locas.

- Que te parece… siete minutos en el paraíso conmigo.

Tenía una seductora expresión pícara.

- Eso suena interesante.

Me tomó de la cintura y me atrajo a el hasta que quedamos acostados en la cama, de un giro brusco se posicionó sobre mi y me besó con pasión. No era un beso tierno, sinó ardiente. Nuestros labios insistían ferozmente en lo que estábamos esperando desde hace tiempo. Sus manos que ahora se encontraban en mi rostro bajaron temblorosas por los costados de mi cuerpo. Su mano derecha descendió despacio por mi brazo y las costillas para luego recorrer mi cintura y avanzar por mi pierna donde se detuvo. Su lengua se perdía en mi boca y le devolví el beso con desesperación.

- ¿Quién cuenta los minutos? – rompió el silencio

- ¡Que importan los minutos!

Y lo atraje nuevamente hacia mi para seguí deleitándome con sus labios

De repente me posicionó sobre él y me besó de una manera que debería ser ilegal. El deseo se convertía casi en necesidad. Pasé mi mano por debajo de su camisa sintiendo sus músculos y soltó un gemido.

- Bella detente o no seré capaz de parar.

- Entonces no pares

Y de nuevo se apoyó encima de mí y empezó el juego del deseo. Ahora nuestros labios reflejaban mas desesperación y conflicto que nunca.

Edward alcanzó el borde de mi camiseta y la levantó acariciando cada curva de mi cuerpo, mientras que su otra mano se deslizaba por mi muslo. La sensación hizo que gimiera pero el ahogo mi gemido con otro beso.

- Bella… Bella… MI Bella – murmuró, haciendo que se me erizaran los vellos del cuerpo.

No se como pasó pero en un momento estábamos completamente desnudos. Y bueno… cuando estás en esta situación no piensas en nada mas que vivirlo.

Ese hombre enserio quería matarme. Sus labios ardientes nunca me abandonaron, en vez de eso, se movieron por mi mejilla, luego se arrastraron por mi cuello hasta mi clavícula.

Se distanció otra vez de mi, solo quería agarrarlo y no soltarlo mas.

- ¿Qué te parece algo de música?

- Como quieras.

Tomó su células y puso una de mis canciones favoritas, realmente me encantaba! Y era perfecta para el momento

“Ay como extraño la forma en que acaricias mi cuerpo

¡Ay cómo te siento por dentro!

Ay cómo extraño

aquel amor de dos seres humanos,

y mil locuras que inventamos Ay cómo extraño

tus gestos tus complejos tus manías

tú sabes que yo siempre te entendía.”

El contacto de nuestros cuerpos desnudos presionados juntos solo intensificó el fuego que ya sentía, era desquiciante el deseo que sentía por el. Me abracé a su cuello para acercarme a su cuello, tratando desesperadamente acercarme mas a el, si es que era posible.

“Ay cómo extraño

cuando me preguntas si te quiero,

y yo te digo: Contigo yo me siento como el sol en el cielo.

Contigo el universo me parece pequeño.

Contigo hasta la calma se convierte en deseo.

Contigo me doy cuenta de la suerte que tengo.

Contigo los minutos se separan del tiempo.”

El silencio roto una y otra vez por gemidos y jadeos por parte de ambos por aquel juego de caricias y besos. Sus manos eran cada vez menos gentiles, tocando cada parte de mi piel. Una de sus manos regresó hacia mi cintura, pero esta vez apretando y no pude evitar retorcerme por ese contacto. Cerca, pero no lo suficiente para mi.

Me besó fervientemente antes de empezar a entrar en mi. Lento, muy lento, hacía que mi cuerpo completo palpitara rogándole que lo hiciera de una vez por todas.

“Ay cómo extraño

tus ojos que iluminan mi vida

con sus miradas encendidas.

Ay cómo extraño

estar contigo sin hacer nada

o contemplando madrugadas. Ay cómo extraño

las cosas que al oído me decías.

Tus labios eran poesía”

- Te amo Bella, no sabes cuanto había esperado este momento.

No le respondí, en vez de eso le sonreí con todas mis ganas.

La ola de placer fue casi insoportable cuando entró completamente en mi, empezó a moverse lentamente, el fuego seguía creciendo, pero yo quería mas.

“Ay cómo extraño

cuando me preguntas si te quiero

y yo te digo: Contigo yo me siento como el sol en el cielo.

Contigo el universo me parece pequeño.

Contigo hasta la calma se convierte en deseo.

Contigo me doy cuenta de la suerte que tengo.

Contigo los minutos se separan del tiempo.

Contigo hasta lo malo se convierte en lo bueno.”

El continuó moviéndose sincronizadamente y podía sentir su control desvanecerse segundo por segundo. Ahora iba mas rápido, alimentando la tensión. El placer estaba consumiéndome. Comencé a sentir un calor en mi vientre concentrándose, anunciando el clímax.

- Ohhhh Edward!!!

- Vente conmigo bebe…

Sentí mis paredes contraerse, entonces gemí desesperada y el orgasmo me golpeó con fuerza demoledora. Sentí mi cuerpo vibrar. Sus manos estaban crispadas sobre mi, mientras yo me aferraba con fuerza a su cabello. Esta vez mis paredes se contrajeron aún mas, estrujando el miembro de Edward, quien abrió la boca en un grito sin sonido. Jadeó con desesperación mientras lo golpeaba un orgasmo tan arrollador como el mío.

Se quedó unos segundos encima mío para recuperar la respiración después se recostó a un lado y me atrajo a él. Estaba cansada, este había sido el mejor día de mi vida.

- Gracias por el mejor San Valentín de mi vida – dije casi exhausta.

- Gracias a ti por dejar que pasara este día. Definitivamente estará en mi lista de las mejores noches.

Me besó la frente y nos quedamos unos minutos mas así. Después nos vestimos y bajamos a la fiesta tomados de la mano, no nos separamos en toda la noche.

Ahora sabía que le pertenecía.

Probablemente de ahora en adelante amaría San Valentín. Entonces ¡Gracias San Valentín!