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lunes, 7 de marzo de 2011

On- Shot By.★ Nami★

Tercer lugar



Estaba conduciendo de vuelta a casa. El día de hoy en el instituto no había sido
exactamente espectacular. Como siempre, la profesora de literatura se quejaba de
las “asombrosamente bajas notas” de nuestra clase. No éramos la mejor clase, pero
tampoco la peor en matemáticas. Además, yo siempre tenía mi media de notable muy
alto. Lo más escandaloso que había ocurrido fue cuando Jessica casi se cae en la
cafetería, resbalando con un charco de agua que había en el suelo. Pero no. Justamente
tenía que pasar por ahí Jacob, el chico más popular del instituto y, a la vez, el más
deseado por la mayoría de las chicas de instituto, y sujetarla demostrando lo encantador
que podía llegar a ser. Vale, hay que admitirlo, yo estaba entre una de esas chicas. No le
prestaba tanta atención como ellas. Para mi solo era un chico que estaba entre los más
guapos del instituto. Bueno, en realidad encabezaba la lista. Tenía la suerte de compartir
mesa con él en literatura pero eran muy pocas las veces que cruzábamos alguna palabra.
También iba a mi clase de matemáticas, en la cual yo sacaba la misma nota que en
literatura. Pero en esa asignatura se sentaba junto a uno de sus amigos. Suspiré. No
sabia por qué seguía pensando en eso. Al menos ya estaba lejos de la cháchara de
Jessica. No había parado de hablar sobre lo encantador que era Jacob. Y, como no,
sacando conclusiones precipitadas y metiéndose en sus ensoñaciones. Según ella, que
un chico pase por casualidad por el sitio en el que tú has resbalado y te coja para que no
te caigas, es que te quiere. Aunque ella decía que no sucedió así. Su versión era que él,
al ver que iba a resbalar, como estaba preocupado porque la chica que le gustaba se iba
a caer, la cogió y lo evitó. Bueno, si dejaba de pensar en eso mejor. Me irritaba tener
que escuchar a Jessica. En verdad había descubierto que era una convenida. Yo llegué
con mis padres a este pueblo hace unos tres años. No sabia a qué se debía pero en el
colegio era muy popular. Jessica fue una de mis primeras amigas. Después de mi
llegada vinieron dos hermanas nuevas al instituto. Jessica fue corriendo a hacerse amiga
suya, ya que llamaban la atención al ser nuevas. A las dos semanas dejaron de ser
noticia y volvió a mi lado. Me di cuenta de eso, pero como era muy tímida hice como si
no. Al fin llegué a mi casa. Aparqué el coche, cogí mi mochila y entré en la casa. Mi
madre estaba sentada en el sofá leyendo una revista.
-Hola, Nessie-me saludó sin levantar la vista de la revista. Ella se iba muy temprano
a trabajar por lo que rara vez la veía por las mañanas. Hoy no había sido una de esas
veces.
-Hola, mamá. ¿Qué tal el trabajo?-pregunté mientras me dirigía hacia las escaleras.
-Bien, gracias por preguntar. ¿Y el instituto?
-Como siempre… bien.
Y esa era nuestra primera conversación habitual. Subí a mi habitación. Dejé la mochila
en la silla de mi escritorio y me tumbé en la cama. Me quedé mirando al techo por un
buen rato hasta que decidí que lo mejor sería deshacerme de las tareas del colegio lo
antes posible. Aunque no fueran muchas, ni me costaran ninguna dificultad… sería
mejor. Hice las tareas de Biología y de Literatura. Me quedaban las de química pero
podría hacerlas mañana ya que no tenía clase hasta pasado. Genial. Ahora no tenía
nada que hacer. Mis primos no estaban en casa. Solo estábamos mi madre y yo. Y mi
padre no llegaría todavía. Miré en mi mochila, donde llevaba la billetera. Tal vez tenía
suficiente dinero para salir y comprar algún libro, o algo por el estilo. Miré. Tenía de
sobra. Bajé las escaleras y le dije a mi madre que salía a dar una vuelta. Conduje hasta
la librería. Habían abierto una hacia poco en Forks. Hacía falta. La biblioteca de Forks
era muy pequeña. Una vez llegué me bajé del coche y me metí en la librería. Pregunté

por un libro qué había visto en Internet y me dijeron que si lo tenían, por la zona de
misterio. Al perecer estaba dividida en varias estanterías. Busqué la de misterio. Cuando
al fin lo encontré y me disponía a cogerlo unas voces familiares me interrumpieron al
otro lado de la estantería.
-¿Estás seguro de que quieres invitarla al baile? Apenas habéis cruzado palabras en lo
que llevamos de curso…-Seth estaba hablando con alguien que no supe hasta que no
respondió.
-Si. ¿Por qué no? Es muy guapa.-dijo Jacob. ¿Qué hacían ellos aquí? Se me hacia
extraño, no se porque. No sabía de quién hablaban. Decidí seguir escuchando. Sabía que
estaba mal pero la curiosidad me comía por dentro-. Además es muy linda. El baile sería
una buena idea.
Seth emitió un sonido que daba a entender que a él le daba lo mismo. Él era el mejor
amigo de Jacob. A Melanie, una amiga mía del instituto, le parecía muy simpático
y guapo. Él también estaba en la lista de los más guapos. Sabiendo que ya no iba a
conseguir más información fui al cajero y pagué el libro. Al salir de la librería suspiré.
Como no, estaba lloviendo. Podía llegar a mi coche sin problema. Solo chispeaba. Pero
eso significaba que por la noche también llovería, y mas fuerte. Sería difícil dormir.
Cuando iba a empezar a andar la puerta de abrió detrás de mi.
-Ah. Hola, Renesmee.-me saludó Jacob. Me di la vuelta para saludarlo. Inmediatamente
quité la vista de él, como siempre hacía cuando le hablaba. No me arriesgaría a mirarlo
a los ojos.
-Hola, Jacob.
-¿Estabas en la librería?-pareció preocupado al preguntarme esto. Como si no quisiera
que hubiera escuchado algo. Tal vez era eso. No quería que nadie hubiera escuchado
que le iba a pedir a una chica a ir al baile. Sentí una punzada en el estómago. Decidí no
mentirle… del todo.
-Si, estuve por la sección de acción.-le dije como si nada. Él pareció aliviado-. ¿Y tú,
qué compraste?
-Uno de misterio.-dijo alzando la bolsa en la que llevaba el libro. En la otra esquina, por
encima del hombro de Jacob, vi que Jessica me estaba mirando y no exactamente bien.
Me fulminaba con la mirada.
-Esto…bueno, yo me tengo que ir. Nos veremos en clase de Literatura mañana.-Dicho
esto me encamine a paso ligero hacia mi coche. Una vez en él respiré hondo. Mañana
Jessica me interrogaría y yo no tendría otra opción que decirle la verdad. De costumbre
ella daría su versión. Suspiré. Mejor si no le decía lo del baile. Arranqué el auto y me
fui a mi casa. ¡No había nada que hacer! Encendí el televisor y me puse a ver lo que
daban. Entonces me llegó un mensaje al móvil. Era de Claire.
“Hola, Nessie. ¿Tú sabs lo k le pasa a Jess? Está irritable y enfadada y no nos quiere
decir xk. Responde si sabes algo. Bss”
Suspiré. Si me metía en el personaje de Jessica la única opción es que esté enfadada
conmigo. Tal vez entendió lo de la librería como otra cosa… Respondí el mensaje.
“Si, creo k se lo k le pasa. Mejor si me encargo yo mañana en el insti, cuando me
interrogue.”
Supe que Claire entendería que sería algo que le habría molestado. Por su orgullo. Era
ya tarde y me fui a dormir.
A la mañana siguiente no me desperté con mucho ánimo. Me duché y me puse un
conjunto sencillo pero bonito. Era una camisa rosa fucsia suelta con unos pantalones
vaqueros. Bajé a desayunar. Como de costumbre solo estaba mi padre en la casa. Una
vez desayuné me despedí de él y me fui hacia el colegio.
-Que te vaya bien en el instituto.-fue lo último que me dijo. Iba pensando en qué cosas

me preguntaría Jessica cuando aparqué el coche. No fiel a su costumbre, Jessica no me
esperó en la entrada sino que fue hasta mi auto. Intentaba no mostrarse muy enfada.
Tenía una sonrisa falsa en la cara pero en sus ojos se podía ver la ¿decepción? Esperaba
enfado. Seguramente no sabía que la vi. Y seguramente ella estaba pensando lo mismo
en este momento.
-¡Hola, Ness!-me saludó simulando entusiasmo.
-Hola, Jessica.-la saludé yo también a ella. No me gustaba andar con rodeos así que fui
al grano-. Claire me dijo que ayer no estabas de muy buen humor. ¿Qué te ocurría?-
intenté sonar casual. Lo conseguí.
-Esto…-no sabia que responder. Fue mi fallo el haber ido al grano. Ella también hizo lo
mismo-. Es que resulta que me enfadé contigo.
-¿Y eso?-me intenté hacer la tonta.
-Es que resulta que me parece que quedó claro, después de un montón de tiempo, a
quién quería Jacob y vas tú e intentas que eso cambie.-respondió indignada. Como si
la hubiera defraudado. Ella siguió hablando sin dejarme responder-. Te vi ayer en la
librería. ¡Esperaste a que él saliera para hablarle sabiendo que yo vivo por ahí!-exclamó.
Era un enfado absurdo. No me había acordado de que ella viviera cerca hasta que lo
dijo.
-Solo dices tonterías, Jess. Si apenas hablamos en literatura.-la intenté calmar restándole
importancia al asunto. Ella pareció convencida. Aun así yo sabía que no me libraba tan
fácilmente.
-Bueno, si, tienes razón…-dijo después de suspirar. Pero ahora venía el interrogatorio-.
Pero… ¿De qué hablasteis?-fue su primera pregunta. Decidí responderle a todas de una
vez.
-Jess, no fue la gran conversación. Solo es que como a mi no me gusta la lluvia-le
expliqué-. me quedé un momento quieta al suspirar. El salió tomándome por sorpresa
y me habló. Me preguntó que si había estado en la librería y qué cual libro había
comprado. Ya está.
-Ah.-Al fin la convencí. En ese momento miré la hora y vi que era mejor que me diera
prisa o llegaría tarde a clase de francés. Las dos primeras clases no fueron la gran cosa.
Fueron normales. Segunda era literatura. Jessica, que también estaba en esta clase
conmigo, me estaría vigilando todo el rato, seguro. No me preocupé por eso. Igual
Jacob y yo no solíamos hablar. Entonces pensé en la conversación que tuvo con Seth.
Los profesores habían dicho en la primera hora: “Será mejor que los que no tenéis
pareja vayan pidiéndoselo ya a alguien, solo faltan dos semanas…” ¿El fin de esas
palabras? Poner mas nerviosos a los que no tenían pareja. A mi eso no me importaba.
Ni siquiera quería ir al baile… Además muchos chicos ya me lo habían pedido. Por
no darles la negativa les dije que seguramente fuera en grupo. Jessica a todos les había
dicho que no. Ella… esperaba algo mejor. Pero me hizo pensar que hice bien al no
decirle lo que escuché ayer en la librería. Cuándo entré a clase de literatura Jessica
estaba mirando la puerta. Seguramente a la espera de que yo llegara. Jacob aún no había
llegado. Fui hacia mi asiento. Jessica ahora, después de seguirme con la mirada hasta
donde estaba sentada, miraba hacia la puerta, de nuevo. Saqué el libro que estábamos
leyendo y lo puse en la mesa. En ese momento sentí que la puerta del aula se abría. Un
acto reflejo fue mirar a ver quien era y lo lamenté. Jacob estaba mirando en mi dirección
(normal, me sentaba a su lado) y me quedé atrapada en sus oscuros ojos, esta vez sin
poder evitarlo. Con un gran esfuerzo quité la mirada de él y la fijé en mi libro. Estaba
cerrado y la portada no era muy interesante pero… no, de que hablo, nadie se creería
que estaba metida en el libro. Sentí como se sentaba a mi lado y sacaba su libro. Yo,
para entretenerme y no mirarle, saqué una libreta en la que me puse a dibujar lo primero

que se me vino a la cabeza. Al fin entró la profesora. Llegaba tarde.
-Siento el retraso, alumnos.-Ella siempre tan educada-. Antes de empezar quisiera
recordar que falta poco para el baile de San Valentín.-La profesora Hotsley era la mas
interesada en el tema del baile-. No se trata de invitar a la persona que te guste ni a tu
mejor amiga o amigo. También se puede ir en grupo como si van solos. Espero que
todos vayan. Ahora saquen su libro y ábranlo por la página 238.
Suspiré. Ya había vuelto a su estado normal de profesora.
Al final de la clase me permití un vistazo hacia Jessica. Parecía satisfecha de que, como
de costumbre, no hubiera cruzado mas que una mirada con mi compañero de mesa. Cogí
la mochila y me dirigí al pasillo. No esperé a Jess, se paró a hablar con Ángela sobre
el baile. Yo me dirigiría a la biblioteca. No tenía hambre. Iba pensando en con quién
podía hacer el trabajo de literatura que había mandado la profesora cuando salí por la
puerta del aula. Me encaminé hacia la biblioteca. Antes de llegar alguien me llamó.
No esperaba esa voz. Podrí haber sido cualquier otra. Pero no, estaba en lo correcto.
Cuando me di la vuelta vi a Jacob viniendo hacia mi con paso ligero.
-¿No vas a comer?-preguntó cuando ya estuvo frente a mi.
-Eh…-apenas podía articular palabra. Me había vuelto a perder en sus profundos ojos.
Me obligué a cerrar los míos para aclarar las ideas-. No, no tengo hambre.-respondí
mirando, disimuladamente, por encima de su hombro-. Vine para escoger un libro para
el trabajo de literatura.
-¿Ya tienes pareja?-parecía ¿desilusionado?
-No.-sentí la necesidad de responder rápidamente-. Pero pensé que mientras escogía el
libro podía pensar a quién pedírselo. ¿Y tú?
-No, yo tampoco tengo pareja.
Yo solo asentí quedando como una tonta. Entonces le di la espalda y entré en la
biblioteca. Él me siguió y yo intenté no hacerle mucho caso. Entonces recordé que él
era uno de los mejores en clase de literatura. Estaba viendo los libros de la primera
estantería cuando me giré para decirle lo que se me acaba de ocurrir. En ese momento él
también se volteó hacia mi.
-Eh… esto…-dijimos los dos a la vez. Entonces nos reímos. Era mas una risa de
nerviosismo que de gracia-. ¿Te parece si hacemos el trabajo juntos?-me preguntó
él. Agradecí que lo hubiera hecho. Yo de ninguna manera hubiera tenido el valor de
decírselo. Sin mirarlo a la cara le respondí:
-Si, claro. Estaría bien.
Entonces nos pusimos a elegir un libro. Acabamos eligiendo una de las obras de
Shakespeare para el trabajo. Todavía quedaban como un cuarto de hora para clase de
matemáticas así que nos sentamos para hablar sobre como lo íbamos a hacer. Estábamos
en esas cuándo Ben, un chico que iba conmigo a clase de francés se acercó.
-Hola, Ness.-me saludó tímidamente.
-Hola, Ben.
-Esto… te quería preguntar una cosa.
-Dime.-lo apremié. Sospechaba que fuera lo que ya unos cuatro chicos me habían
preguntado desde hacía una semana.
-Veras…me preguntaba si… si querrías venir al baile conmigo.-y si, lo era. Fue la
misma pregunta indirecta. Suspiré y le respondí lo que a todos los demás.
-Ben, no se si voy a ir al baile y en caso de que vaya seguramente vaya en grupo.-dije
dándole la explicación de mi negativa.
-Ah, bueno, entonces a dios.-se despidió con la cabeza gacha. Intenté volver a lo de
antes pero no pude.
-¿Es la respuesta que les das a todos?-me preguntó Jacob.

-Si. En verdad no es una mentira del todo. Angela esta esperando a que Ben se lo pida,
si no lo hace no irá con ningún chico y Jessica…-pensé que tal vez le incomodaría al
decirle que ella esperaba a que él se lo pidiera-. Jessica es un caso aparte que le dice a
todos que no. Así que iremos las tres juntas si no vamos con ningún chico.
-¿Y tú?-preguntó alzando una ceja.
-Pues yo prefiero estar tal cual e ir en grupo. La condición para ir en grupo es que “si no
nos lo pide ningún chico que valga la pena” pues iremos las tres juntas.-le dije haciendo
las comillas-. La condición la puso Jess.-aclaré. En ese momento miré mi reloj y vi que
era hora de irnos a clase-. Es mejor que nos vayamos.
Solo asintió y se levantó. Nos dirigimos a clase de matemáticas haciendo caso omiso a
las personas que nos miraban. Cuándo llegamos cada uno se fue a su sitio. Ángela me
miró desde su mesa extrañada. Yo solo me encogí de hombros.
Las tres últimas horas pasaron normales. Lo inesperado sucedió en el aparcamiento.
Antes de entrar en el coche Jacob se acercó a mi. ¿Justo hoy le tenía que dar por
hablarme? Entonces vi que mi reacción era extremadamente irracional. Él no sabía nada
acerca de mi conversación con Jessica.
-Hola, otra vez, Ness.-me saludó.
-Hola Jacob, ¿querías algo?-pregunté mientras sacaba las llaves de mi auto. El caso era
no mirarlo.
-Si veras… te quería preguntar ¿vendrías al baile conmigo?-genial. Tanto esfuerzo para
nada. Un acto reflejo mío fue mirarlo y lo lamenté. Me estaba mirando fijamente. Me
quedé atrapada, de nuevo, en sus ojos y esta vez si que no pude salir. Entonces mostró
una sonrisa que me deslumbró y me dejó sin aliento.
-Yo…-viendo que no podía hablar solo asentí. ¿Pero qué demonios hacía? ¡No! ¡La
respuesta era un no! Mi cuerpo no respondía a lo que mi mente en realidad decía. Vale,
claramente moría por ir con él al baile pero serían muchas las explicaciones que tendría
que dar para que Jess no me matara. Tampoco quería ganar enemigas en el instituto y
menos que Jacob ganara enemigos. Ya no había vuelta atrás. Al mirarlo en clase cometí
un error. Fue como si lo conociera de toda la vida y supiéramos todo sobre el otro. Si no
quité a tiempo mi mirada de él en ese momento ya no había vuelta atrás.
- Genial. Nos vemos mañana.-y diciendo esto se dio la vuelta liberándome de su mirada.
Entré en el auto y respiré hondo. Ahora no podía decirle que no. Me tocaba pensar en
que le diría a Jessica y a Angela. Aun así no cabía de felicidad en mi misma. Cuándo
entré en mi casa no me sorprendió para nada que mi madre me preguntara si tenía pareja
para el baile de San Valentín. A mi tía Alice, que había llegado de unas vacaciones con
su esposo Jassper, se le dibujó una sonrisa en la cara cuando dije que si. Y ni yo misma
me creía quien era. Tareas solo tenía tareas de química así que las hice lo antes posible
y me puse con el ordenador. Me puse en el Messenger. Estaban muchos conectados.
Entre ellos Jessica que se desconecto en el mismo momento en que yo me conecté. Me
convencí a mi misma de que no fue por mi. Pero se fue al traste mi autocontención en
cuanto Angela me habló. Toda la conversación iba bien hasta que me preguntó si iba a
ir con ellas al baile. Le dije que no.
Lo siento Angela, no se como pero en cuanto me lo preguntaron no hice otra cosa que
asentir tontamente y lamentarme después. Me temo que no iré con vosotras, le escribí.
Pero ella no era tonta.
Ness, te lo preguntaron un montón de veces y dijiste que no. ¿Quién fue esta vez el que
te lo pidió?
Jacob.
O.o ¿Jacob?
Si.

¡Wow! Vale, esa es una excusa muy buena para no venir con nosotras. Por desgracia
para Jessica no va ser lo mismo. Te odiará. Ahora que lo pienso. Tal vez por eso estaba
tan temperamental en el aparcamiento… Si. Fue por mi por quien se desconecto. De
seguro ella vio cuando Jacob me pidió ir al baile con él. Me despedí de Angela y bajé a
la cocina. ¿Qué explicación le daría al día siguiente a Jess? Ninguna. Desde luego ni me
hablaría.
Los días pasaron normales, dentro de lo que cabe. Jessica ni me dirigía la palabra. En
la hora de comer se sentaba lo mas lejos de mi que pudiera y evitaba mirarme siquiera.
En clase todo era normal. Mi compañero de mesa y yo seguíamos sin cruzar apenas
palabras, mas que todo porque ninguno sabía de que hablar. La única variación fue otra
petición. Quil, que se negaba a creer que ya tuviera pareja para el baile, me invitó a
este. Le di la negativa pero esta vez la excusa cambió a: “ya tengo pareja, lo siento.”
Para compensarle se me ocurrió que podría pedírselo a Claire, que aceptó encantada.
Mike y Ben insistieron al saber que al final no iría en grupo. La respuesta fue la misma.
Mike, por recomendación mía, se lo acabó pidiendo a Jessica, que aceptó a sabiendas
de que ya solo quedaban unos pocos. Ben se lo pidió a Angela. Desde entonces esas tres
parejas hablaban mucho y casi siempre estaban juntas. Faltaban dos días para el baile
cuando Jessica se resignó a volver a ser amiga mía. Aunque pensándolo mejor por mi se
hubiera quedado como estaba.
Mi tía Alice me estaba maquillando. Jacob me recogería a las ocho y faltaban quince
minutos.
-¡Ya está!-exclamó mi tía-. Venga, ponte el vestido. Ya estas peinada y maquillada.
Suspiré. No quería ni ver lo que Alice habría hecho conmigo. Me giré hacia mi cama y
cogí el vestido. Me lo puse y me miré al espejo. Suspiré de alivio al ver que Alice no me
había dejado con ocho kilos de maquillaje. Parecía natural. Mi vestido era precioso. Lo
había elegido Alice. Era de palabra de honor. Me llegaba hasta poco mas arriba de las
rodillas. En la cintura tenía una cinta negra, al igual que el vestido. A partir de esa cinta
para abajo eran boleros. Mi peinado también había sido obra de mi tía. Tenía el pelo
ondulado y con un efecto que hacía parecer que estaba mojado. Algunos destellos se
podían ver en mi pelo gracias a la innecesaria purpurina que echó en mi cabello. ¿Cómo
me lo quitaría? Bueno, eso era lo de menos. Me volví hacia mi tía y la abracé.
-Muchas gracias.-le agradecí antes de que tocaran a la puerta. Bajé las escaleras y
mi padre ya había abierto. ¡Genial! Jacob estaba en la puerta mirándome. Estaba
encantador.
-Estas muy linda, Ness.-dijo mi padre.
-Gracias, papá.
-Tú, Jacob, cuida a mi hija.-amenazó mi padre.
-¡Papá!-me quejé.
-Si, señor.-aseguró Jacob aguantando una risa. Nos despedimos de mi familia y nos
metimos en su estupendo coche.
-Te diría lo que es obvio pero tu padre ya lo dijo.-me dijo en el camino.
-Muchas gracias.-respondí tímidamente. En esas, llegamos al instituto. Claro, con tal
Ferrari, ¿quién no llega rápido a cualquier lugar? El instituto estaba todo adornado. La
puerta grande del gimnasio que daba a la calle estaba abierta de par en par. Todo estaba
iluminado. Cuando entramos había algunos corazones hechos de flores blancas en las
paredes. Una gran mesa alargada en una de ellas con variación de comidas y bebidas.
En cada esquina había unos altavoces grandes para la música. Alguna que otra mesa en
la izquierda. Un escenario enfrente de donde estábamos y el resto era todo para bailar.
A lo lejos estaban Angela y Claire que me saludaron. Supuse que a Jacob le gustaría
hablar con Quil ya que eran muy amigos. Lo cogí del brazo y lo halé hasta donde

estaban las chicas. Quil y Jacob se pusieron a hablar mientras que yo preguntaba por
Jessica. Estaba bailando con Mike. Sonreí al saber que había sido buena idea que ellos
vinieran juntos. En esas empezó una canción mas lenta. No había nadie que no estuviera
bailando salvo nosotros. Incluso las personas que venían en grupo. Entonces Jacob me
cogió del brazo y nos pusimos a bailar. Bueno, me llevaba él porque yo, como tonta,
me volví a perder en sus ojos. Era como estar en el cielo. Nuestros rostros se fueron
acercando hasta quedar a pocos centímetros de distancia. Sin previo aviso nuestros
labios se juntaron. Fue un beso cuidadoso y lleno de cariño. Un cariño que no sabía de
donde salía, solo sabía que iba hacia la persona correcta. Nos separamos lentamente y
seguimos bailando hasta que la canción acabó. Entonces alguien me halo del brazo. Me
giré hacia Jacob mirándolo con cara de disculpa. Al parar pude ver que la que me había
cogido fuera Jessica. Temí que estuviera enfadada por lo que acababa de pasar. Pero no.
-Muchas gracias-soltó de repente.
-¿Qué?-pregunté confundida.
-Tonta. Sé que fuiste tú la que le aconsejó a Mike que me pidiera venir al baile. Te
lo agradezco.-explicó con una sonrisa en la cara. Casi podría afirmar que esta vez era
de verdad y no interesadamente. Era un momento muy bonito. Pero, como no, tenía
que acabar. Había un coro de persona viendo algo. Se escuchaban insultos entre dos
personas. En cuanto reconocí las voces salí corriendo hacia el gentío. Me metí como
pude entre las personas presentes y lamenté haber querido ver lo que pasaba. Riley, mi
exnovio, estaba a puñetazo limpio contra Jake. No sabía de donde salio el que ahora lo
llamara así, pero salió.
-¡No te vuelvas a acercar a Ness!-gritó Riley mientras le daba un puñetazo en la cara. Se
me cayó el alma al suelo a saber que se estaban pegando por mi.
-¡No tienes ningún derecho sobre ella!-gruñó Jacob devolviéndole el puñetazo. Antes de
que Riley reaccionara me puse entre ellos sin saber de donde había sacado el valor.
-¡No le vuelvas a pegar!-le chillé al idiota que le había pegado a mi acompañante en el
abile.-¡Te dejé muy claro que no te metieras en mi vida!
-Ness yo…-intentó excusarse Riley.
-No, para ti soy Renesmee, ¿recuerdas?-le aclaré dándome la vuelta para coger a Jacob
por un brazo y mirarle a la cara. Tenía dos heridas en la ceja y una en el labio-. Ven.-le
ordené mientras lo sacaba de ahí. Riley iba a rechistar pero cuando le lancé una mirada
envenenada se lo pensó dos veces. Llevé a Jacob a la enfermería. No había nadie.
Entonces recordé que había visto a la encargada de hoy saliendo con su coche cuando
llegamos al instituto. Bueno, al menos mi abuelo me enseñó algo de medicina para
defenderme. Además cualquier persona puede curar unas cuantas heridas,¿no? Saqué el
botiquín y me dispuse a sanarle un poco las heridas. Rechistó pero lo convencí de que
era mejor que me dejara curárselas.
-¿Se puede saber a qué vino esa estúpida pelea?-pregunté calmada.
-Empezó él-se defendió Jake. Yo reí y él me miró extrañado.
-Conozco a Riley. Sé que empezó el.-le dije-. Lo que quiero saber es el por qué empezó
la pelea.
-Cuando te fuiste él vino hacia mi con ninguna buena intención. Me insultó y yo no
quedé atrás, me defendí. El resto ya lo sabes.-me contó. Cuando yo me fui. Antes de que
Jessica me cogiera del brazo solo habíamos bailado y… bueno, ahí encontré el punto.
-Entonces fueron celos.-dije frunciendo el seño y sentándome a su lado.
-Supongo. Ahora, ¿Por qué te llamó Ness?-preguntó incrédulo. Yo solté una risa.
-Como tú y yo casi no hablamos supongo que no lo sabes. Mi familia, para abreviar mi
nombre, me decían Nessie desde chica. Eres el único que me llama así.-le expliqué.
-Oh. Entonces a partir de ahora te llamaré Nessie.

No me dí cuenta de que nuestros rostros se estaban acercando cada vez mas por segunda
vez en esa noche. Sentí que él era mi todo. Era la persona perfecta. La persona que
siempre había esperado. Nuestros labios se volvieron a encontrar y nos fundimos en
un beso lleno de amor y sentimientos nuevos que Jake despertaba en mi. Hizo caso
omiso de su labio, pero yo no. Lo besé con cuidado. Nuestras lengua se rozaban de una
manera tan suave que era como un droga. Algo a lo que te adicionabas. Si bien mientras
bailábamos me sentí en el cielo ahora me sentía en el paraíso. Ese momento era perfecto
y nada ni nadie podría interrumpir. Solo éramos él y yo. Dos personas distintas que
formábamos una sola.

Fin

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