En cosa
de veinte minutos ya estábamos frente al mar, me descoloco el que Jacob me
diese unas hojas, dijo que eran las pistas necesarias para llegar al fondo del misterio, luego de
eso se fue dejándome sola, las leí una por una detenidamente, divirtiéndome con
lo que encontraba en mi camino, dulces, flores, dibujos, todo era completamente
divertido, tanto que sin darme cuenta ya tenía la última de las notas en mis
manos
“Querida Ness dirígete al claro que esta a treinta pasos de donde te
encuentras, sigue derecho, no es complicado llegar”. Seguí las ordenes del
papel, ya que era uno de mis únicos compañeros de viaje, desde hace un
buen rato, tal como decía no me fue nada difícil llegar, ya que me di cuenta que al claro que me dirigía era
el mismo en el que Jake jugaba conmigo de pequeña. Fue tan inesperado lo que
vi entre tanto verde que no sé en qué momento las lágrimas ya estaban
rodando por mis mejillas, era todo tan hermoso, jamás abría esperado esto, en
medio de toda estaba Jacob, sonreí como
tonta al salir del error de pensar que
lo mío era un amor unilateral.
En
medio del prado había un corazón hecho
de velas blancas, unas cuantas prendidas, mientras que las otras por el viendo
yacían apagadas, su relleno era de pétalos de rosa rojos, pero en medio de todo
estaba lo más importante para mí, Jacob se había cambiado de ropa, sus
desgastados jeans habían sido
cambiados por unos negros que no tenía corte alguno, mientras
que una camisa blanca desabotonada del
cuello hacía resaltar su hermosa y bronceada piel, jamás había experimentado el
deseo hasta ese momento, esa camisa dejaba muy poco a la imaginación, ya que
estaba perfectamente amoldada a su cuerpo. Mis mejillas aún estaban húmedas,
pero unas cuantas lágrimas más se deslizaron al ver un hermoso ramo de rosas
blancas que escondía tras su espalda, las tiro en el suelo y camino hacia mí,
note que la angustia predominaba en su
mirada sintiéndome un poco culpable.
-Ness,
yo lo lamento, no quería presionarte, pero…- No entendía nada de lo que me
decía, pero él seguía
tratando de explicarse.- Yo creí que…- Mis labios se
posaron sobre los suyos disminuyendo toda distancia y di mi primer beso como si
fuera el último que daría en mi vida.
-Creí
que no te había gustado.- Susurro cerca de mis labios cuando nos separamos un
poco. Cómo no se había dado cuenta que moriría por él.
Negué
fuertemente con mi cabeza haciéndolo reír.- Al contrario no sabes hace cuanto
espero este momento, pero solo se daba en mis sueños, eso sin contar en como
duele el que te miren otras chicas sin que yo
pueda decir algo o el que me dijeras “soy tu mejor amigo”, como odio esa
maldita frase Jacob Black, eso realmente dolía
y por lo demás hoy yo te lo diría.- Reconocí avergonzada.
-Enserio.-
Pregunto sonriendo, mientras tomaba mi barbilla y levantaba mi rostro para que
pudiese mirarlo.
Asentí
con lentitud hipnotizada por sus ojos.- Hace un tiempo me di cuenta de mis
sentimientos por ti, note que habían cambiado a ser un tantito más posesivos,
me di cuenta que cuando se te acercaba una chica ya no deseaba que
encontraras a la mujer perfecta para ti,
sino que encontrarás en mi a la mujer perfecta para ti, eso sumado a que cuando
te miraban solo quería matarlas.
- Oh
dios me enamore de una chica celosa.- Susurro quedadamente sin separar nuestras
frente y atrayendo mi cuerpo más hacia el suyo. “Te amo”, susurro cerca de mi oído mientras me levantaba entre sus
brazos.
Cuando
me deposito delicadamente en el suelo nuevamente me volvió a besar, un beso
lento, dulce, que transmitía una serie de impulsos por mi cuerpo, sus labios no
se separaron de los míos lo que para mí fue un largo rato, nos quedamos así sin
movernos pues un buen rato, solo teniéndonos el uno al otro, sin necesitar de nada más.
Se
separó de mi lentamente mirando mi
rostro.- Aún quieres nadar.- La pregunta era simple, pero lo complicado era
poder reaccionar después de semejante sonrisa.
-Claro,
el que llega último hace lo que el otro
le pida.- Dije sonriendo.
- Voy a
pensar que es lo que pediré entonces.- Respondió echándose a correr.
-Jacob Black
eso es trampa.- A pesar de que sabía que
le ganaría, tenía ese instinto de hacerle saber que era un tramposo en las
carreras.
Cuando
llegue a la orilla me senté teatralmente como
si estuviese esperándole desde hace horas y el aburrimiento me
consumiera, aunque eso realmente fuese imposible, sin embargo cuando escuche
sus pasos acercarse no se desaceleraron y él en vez de parar para admitir su
derrota, paró en seco pero para quedar
situado sobre mi atrapándome contra la arena con su cuerpo, nuestros labios
quedaron muy cerca, poco a poco
fuimos acercándonos hasta juntar
nuestros labios una vez más, la necesidad fue en aumento junto con el beso, sus
manos vagaban por mi cintura, mientras que las mías lo hacían por su espalda,
un calor que nunca antes había sentido se apodero de mi abdomen, nos separamos
por la falta de aire. Trato de pararse, pero cuando lo iba a hacer lo tome por el cuello de la camisa dejándolo
aún sobre mí, pero no fue suficiente, ya
que me cargo por la cintura y se paro conmigo y todo. Me señalo unos vestidores
para que me cambiara el vestido por un bañador, así como el
también hizo lo mismo.
Al
salir el estaba fuera justo a Jared, Embry, Sam, Quil y Paul, que se quedaron mirándome tan fijamente que me
hubiese vuelto a meter a los vestidores si no es porque Jake los hizo
reaccionar a base de un golpe en la cabeza, se acerco a mi cubriéndome con su cuerpo
mientras me abrazaba, luego se giro y dijo un simple “No vuelvan a mirar de esa forma a mi novia quedo claro”. Muy al
estilo licántropo comenzó una serie de abrazos y felicitaciones que no cesaros
hasta que Embry encaro a Jake diciéndole que se robaba a su
pequeña hermana adoptiva.
Luego
de un rato caminando llegamos a un
picnic que había sido preparado por los
chicos, me di cuenta que estaban todas las improntas ahí, hasta Seth estaba con
una chica a su lado, como una reacción propia y natural salté sobre Claire,
mientras que Seth nos tomo a ambas en un abrazo, ya que los tres junto a
Embry habíamos formado una relación de
hermandad.
Kim y la chica que acompañaba a Seth no nos
miraban nada bien, pero eso ya era común para nosotras. En cambio Emily me
abrazo con una fuerza descomunal,
diciéndome que me había extrañado muchísimo el tiempo en que no había venido de
visita, por haber ido a Brasil a ver a
mis tías del Amazonas. Cuando todo volvió a la normalidad y cesaron los saludos
y abrazos, nos fuimos a bañar y desfrutar de las olas.
-Te amo
como no lo imaginas Reneesme , tenía tanto miedo de que me dijeras que solo me
podías ver como un mejor amigo o que no me aceptaras y amarás a otra persona,
sus ojos brillaban, pero a la vez transmitían dolor, dolor que me llegaba
directo al corazón, cada una de sus palabras reflejaba lo que yo también
sentía, no pude contener una lágrima traicionera que emprendió recorrido por mi
mejilla, pero fue peor, pues se preocupo.-Qué te sucede.-Susurro dulcemente
mientras con su pulgar borraba la estela que había dejado aquella salina
gota.
-Nada,
estoy bien.- Pero sus ojos no reflejaban
otra expresión, así que no encontré las palabras necesarias para explicar lo
que sentía, así que opte por mi mejor opción, puse mi mano delicadamente sobre
su mejilla para que pudiese entender lo que pasaba por mi cabeza, su cara fue
de asombro y por fin sus ojos cambiaron su expresión, esta vez fue amor lo que
vi en ellos, lo supe porque podía
sentir como expresaba todo su cuerpo esa sensación tan hermosa, me beso dulcemente, como cuando estábamos en la playa
tirados, no podía ser más perfecto.
-Hey
tortolos, tenemos que irnos.- Seth estaba gritándonos desde la orilla.-
Apúrense ya o Edward.- Por arte de magia
Jacob ya no sostenía mis caderas y mis piernas no abrazaban su cintura,
salimos de la playa, mientras Seth reía a más no poder.
-Ya
verás.- Me lance sobre él y Claire, junto a Embry se nos unieron
automáticamente ayudándome a ganar, pero se transformo en un juego donde se involucro la manada al completo junto a las improntas.
Al rato
cuando estaba oscureciendo nos montamos
en su auto con dirección hacia mi casa, entramos al garaje, fue en ese entonces
cuando me di cuenta de que habían
más autos en ese lugar y precisamente no
eran de mi familia, sabía que uno correspondía a Carmen y el otro a Jane, la
pequeña y molestosa princesa Volturi que se nos había unido al ser desterrada
por ayudar a mi tío Eleazar.
xk no c puede ver ningun capitulo solo dice que no exiten
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