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lunes, 27 de enero de 2014

Sentimientos.



En cosa de veinte minutos ya estábamos frente al mar, me descoloco el que Jacob me diese unas hojas, dijo que eran las pistas necesarias  para llegar al fondo del misterio, luego de eso se fue dejándome sola, las leí una por una detenidamente, divirtiéndome con lo que encontraba en mi camino, dulces, flores, dibujos, todo era completamente divertido, tanto que sin darme cuenta ya tenía la última de las notas en mis manos 
Querida Ness dirígete  al claro que esta a treinta pasos de donde te encuentras, sigue derecho, no es complicado llegar”. Seguí las ordenes del papel,  ya que era uno de  mis únicos compañeros de viaje, desde hace un buen rato, tal como decía  no me fue  nada difícil llegar, ya que  me di cuenta que al claro que me dirigía era el mismo en el que Jake jugaba conmigo de pequeña. Fue tan inesperado lo que vi  entre tanto verde que  no sé en qué momento las lágrimas ya estaban rodando por mis mejillas, era todo tan hermoso, jamás abría esperado esto, en medio de toda  estaba Jacob, sonreí como tonta  al salir del error de pensar que lo mío era un amor unilateral.

En medio del prado había un corazón  hecho de velas blancas, unas cuantas prendidas, mientras que las otras por el viendo yacían apagadas,  su relleno era de  pétalos de rosa rojos, pero en medio de todo estaba lo más importante para mí, Jacob se había cambiado de ropa, sus desgastados jeans  habían sido cambiados  por unos  negros que no tenía corte alguno, mientras que una camisa blanca  desabotonada del cuello hacía resaltar su hermosa y bronceada piel, jamás había experimentado el deseo hasta ese momento, esa camisa dejaba muy poco a la imaginación, ya que estaba perfectamente amoldada a su cuerpo. Mis mejillas aún estaban húmedas, pero unas cuantas lágrimas más se deslizaron al ver un hermoso ramo de rosas blancas que escondía tras su espalda, las tiro en el suelo y camino hacia mí, note que  la angustia predominaba en su mirada sintiéndome un poco culpable.

-Ness, yo lo lamento, no quería presionarte, pero…- No entendía nada de lo que me decía, pero él seguía 
tratando de explicarse.- Yo creí que…- Mis labios se posaron sobre los suyos disminuyendo toda distancia y di mi primer beso como si fuera el último que daría en mi vida.

-Creí que no te había gustado.- Susurro cerca de mis labios cuando nos separamos un poco. Cómo no se había dado cuenta que moriría por él.
Negué fuertemente con mi cabeza haciéndolo reír.- Al contrario no sabes hace cuanto espero este momento, pero solo se daba en mis sueños, eso sin contar en como duele el que te miren otras chicas sin que yo  pueda decir algo o el que me dijeras “soy tu mejor amigo”, como odio esa maldita frase Jacob Black, eso realmente dolía  y por lo demás hoy yo te lo diría.- Reconocí avergonzada.

-Enserio.- Pregunto sonriendo, mientras tomaba mi barbilla y levantaba mi rostro para que pudiese mirarlo.
Asentí con lentitud hipnotizada por sus ojos.- Hace un tiempo me di cuenta de mis sentimientos por ti, note que habían cambiado a ser un tantito más posesivos, me di cuenta que cuando se te acercaba una chica ya no deseaba que encontraras  a la mujer perfecta para ti, sino que encontrarás en mi a la mujer perfecta para ti, eso sumado a que cuando te miraban solo quería matarlas.

- Oh dios me enamore de una chica celosa.- Susurro quedadamente sin separar nuestras frente y atrayendo mi cuerpo más hacia el suyo. “Te amo”, susurro cerca de mi oído mientras me levantaba entre sus brazos.

Cuando me deposito delicadamente en el suelo nuevamente me volvió a besar, un beso lento, dulce, que transmitía una serie de impulsos por mi cuerpo, sus labios no se separaron de los míos lo que para mí fue un largo rato, nos quedamos así sin movernos pues un buen rato, solo teniéndonos el uno al otro, sin  necesitar de nada más.

Se separó de mi lentamente  mirando mi rostro.- Aún quieres nadar.- La pregunta era simple, pero lo complicado era poder reaccionar después de semejante sonrisa.

-Claro, el que  llega último hace lo que el otro le pida.- Dije sonriendo.

- Voy a pensar que es lo que pediré entonces.- Respondió echándose a correr.

-Jacob Black eso es trampa.- A pesar de  que sabía que le ganaría, tenía ese instinto de hacerle saber que era un tramposo en las carreras.

Cuando llegue a la orilla me senté teatralmente como  si estuviese esperándole desde hace horas y el aburrimiento me consumiera, aunque eso realmente fuese imposible, sin embargo cuando escuche sus pasos acercarse no se desaceleraron y él en vez de parar para admitir su derrota, paró en seco pero  para quedar situado sobre mi atrapándome contra la arena con su cuerpo, nuestros labios quedaron muy cerca, poco a poco  fuimos  acercándonos hasta juntar nuestros labios una vez más, la necesidad fue en aumento junto con el beso, sus manos vagaban por mi cintura, mientras que las mías lo hacían por su espalda, un calor que nunca antes había sentido se apodero de mi abdomen, nos separamos por la falta de aire. Trato de pararse, pero cuando lo iba a hacer  lo tome por el cuello de la camisa dejándolo aún sobre mí, pero no fue  suficiente, ya que me cargo por la cintura y se paro conmigo y todo. Me señalo unos vestidores para que  me cambiara  el vestido por un bañador, así como el también hizo lo mismo.

Al salir el estaba fuera justo a Jared, Embry, Sam, Quil y Paul, que  se quedaron mirándome tan fijamente que me hubiese vuelto a meter a los vestidores si no es porque Jake los hizo reaccionar a base de un golpe en la cabeza,  se acerco a mi cubriéndome con su cuerpo mientras me abrazaba, luego se giro y dijo un simple “No vuelvan a mirar de esa forma a mi novia quedo claro”. Muy al estilo licántropo comenzó una serie de abrazos y felicitaciones que no cesaros hasta que  Embry  encaro a Jake diciéndole que se robaba a su pequeña hermana adoptiva.

Luego de un rato caminando llegamos a  un picnic que había sido preparado por  los chicos, me di cuenta que estaban todas las improntas ahí, hasta Seth estaba con una chica a su lado, como una reacción propia y natural salté sobre Claire, mientras que Seth nos tomo a ambas en un abrazo, ya que los tres junto a Embry  habíamos formado una relación de hermandad.

Kim  y la chica que acompañaba a Seth no nos miraban nada bien, pero eso ya era común para nosotras. En cambio Emily me abrazo con una  fuerza descomunal, diciéndome que me había extrañado muchísimo el tiempo en que no había venido de visita, por haber ido  a Brasil a ver a mis tías del Amazonas. Cuando todo volvió a la normalidad y cesaron los saludos y abrazos, nos fuimos a bañar y desfrutar de las olas.

-Te amo como no lo imaginas Reneesme , tenía tanto miedo de que me dijeras que solo me podías ver como un mejor amigo o que no me aceptaras y amarás a otra persona, sus ojos brillaban, pero a la vez transmitían dolor, dolor que me llegaba directo al corazón, cada una de sus palabras reflejaba lo que yo también sentía, no pude contener una lágrima traicionera que emprendió recorrido por mi mejilla, pero fue peor, pues se preocupo.-Qué te sucede.-Susurro  dulcemente  mientras con su pulgar borraba la estela que había dejado aquella salina gota.

-Nada, estoy bien.- Pero sus  ojos no reflejaban otra expresión, así que no encontré las palabras necesarias para explicar lo que sentía, así que opte por mi mejor opción, puse mi mano delicadamente sobre su mejilla para que pudiese entender lo que pasaba por mi cabeza, su cara fue de asombro y por fin sus ojos cambiaron su expresión, esta vez fue amor lo que vi en ellos, lo supe porque   podía sentir como expresaba todo su cuerpo esa sensación tan hermosa, me beso  dulcemente, como cuando estábamos en la playa tirados, no podía ser más perfecto.

-Hey tortolos, tenemos que irnos.- Seth estaba gritándonos desde la orilla.- Apúrense ya o Edward.- Por arte de magia  Jacob ya no sostenía mis caderas y mis piernas no abrazaban su cintura, salimos de la playa, mientras Seth reía a más no poder.

-Ya verás.- Me lance sobre él y Claire, junto a Embry se nos unieron automáticamente ayudándome a ganar, pero se transformo en un juego donde  se involucro la manada al completo  junto a las improntas.
Al rato cuando estaba oscureciendo  nos montamos en su auto con dirección hacia mi casa, entramos al garaje, fue en  ese entonces  cuando me di cuenta de que  habían más autos  en ese lugar y precisamente no eran de mi familia, sabía que uno correspondía a Carmen y el otro a Jane, la pequeña y molestosa princesa Volturi que se nos había unido al ser desterrada por ayudar a mi tío Eleazar.


1 comentario:

  1. xk no c puede ver ningun capitulo solo dice que no exiten

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